Recibió un poco de su propia medicina. El aspirante a la nominación presidencial del Partido Republicano en EEUU Donald Trump se vio obligado a posponer el viernes último un mitin en Chicago ante las violentas protestas entre cientos de manifestantes que rechazaban su presencia.
En un comunicado, la campaña del magnate neoyorquino anunció la cancelación del mitin y su traslado a otra fecha, después de que las cámaras de televisión de los principales canales del país mostrasen imágenes de enfrentamientos violentos entre detractores y partidarios del candidato, quien se caracteriza por tener una retórica violentista y xenófoba.
El Departamento de Bomberos de Chicago informó de que tres personas resultaron heridas de levedad a causa de los incidentes, una de ellas un agente de Policía, del que se compartieron imágenes en las redes sociales en las que aparecía con la cabeza ensangrentada.
Tras haberse anunciado la cancelación del evento, Donald Trump habló para las principales cadenas de televisión nacionales, donde lamentó que la libertad de expresión, un derecho recogido por la Constitución de EEUU, fue "violado" y que el país está tan dividido y furioso que "ya no se pueden ni celebrar mítines".
Por su parte, sus rivales en la contienda republicana también reaccionaron a lo ocurrido, y el senador Ted Cruz tildó los hechos de "consecuencia predecible" de la retórica de Trump y de sus posicionamientos con respecto a los manifestantes.
El senador Marco Rubio emitió un comunicado en el que vinculó lo sucedido a la "división creada durante ocho años" por el presidente Barack Obama entre "los que tienen y los que no, líneas raciales y étnicas y líneas de género para ganar elecciones".
Rubio también criticó que se privase a Trump de su libertad de expresión y acusó a "la izquierda" de tener la convicción de que "si no te gusta lo que alguien dice, tienes derecho a hacerlo callar, como ocurre en muchos campus universitarios a lo largo y ancho de EEUU".
Las protestas por el mitin del precandidato presidencial habían sido organizadas desde hace días por una coalición de activistas, estudiantes, religiosos y políticos de la ciudad, entre ellos numerosas organizaciones latinas y afroamericanas.
La tensión ha ido creciendo durante los últimos días en los mítines de Trump y en uno de ellos el miércoles, en Carolina del Norte, uno de los asistentes propinó un puñetazo a un manifestante negro después de que este interrumpiera el evento a gritos.
La precandidata demócrata a la Casa Blanca Hillary Clinton acusó a Donald Trump de usar una "retórica divisiva".
"Todos nosotros, independientemente del partido al que pertenezcamos o las ideas que tengamos, no solo deberíamos decir alto y claro que la violencia no tiene sitio en nuestra política, sino que deberíamos usar nuestras palabras y acciones para aunar a los estadounidenses", sostuvo la precandidata.
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