A diferencia del año pasado, cuando la balanza se inclinaba claramente a favor de Julianne Moore y su interpretación de una mujer con Alzheimer, el Oscar de 2016 para la Mejor actriz es una competencia más bien reñida. Tres de las actrices ya han sido nominadas antes, pero una sola de ellas ha arrasado con la temporada de premios de este año: la hasta ahora ampliamente desconocida Brie Larson.
En su actuación como madre y víctima de secuestro en Room, Larson crea un mundo de juegos y leyendas para el niño mientras lidia con las secuelas psicológicas de una experiencia traumática que nunca acaba. Aunque, sin duda, el guion ayuda a generar la tensión de Room, es Larson quien guía las (muchísimas) emociones de esta película, también nominada para el premio mayor que se entregará en la ceremonia de los Oscar este domingo.
Aunque Larson tiene buenas posibilidades gracias a su éxito en el Globo de Oro, el BAFTA y el Gremio de Actores, su victoria en los Oscar no está asegurada, sobre todo porque se enfrenta a dos gigantes de la actuación: a la siete veces nominada y dos veces ganadora Cate Blanchet y a Saoirse Ronan, la actriz de 21 años que ha recibido esta vez su segunda nominación.
Ronan, que fue nominada por primera vez en 2007 por su trabajo en Atonement, protagoniza Brooklyn, la historia de una inmigrante irlandesa que se enamora de un descendiente de italianos. La joven neoyorkina es la competencia más fuerte de Larson porque ambas presentan actuaciones de las que depende por completo la película en que actúan.
En el caso de Blanchett, su papel en Carol es un trabajo en equipo con la también nominada, aunque como Mejor actriz de reparto, Rooney Mara. Lo mismo pasa con Charlotte Rampling, cuyas posibilidades estaban diezmadas desde el principio: su película 45 Years, solo tuvo la nominación para la actriz y nunca alcanzó el suficiente ímpetu comercial para formar parte del circuito de premios de este año.
La quinta nominada, Jennifer Lawrence, protagoniza Joy. Su tercera colaboración con David O. Russell no cumplió los mismos estándares que Silver Linings Playbook o American Hustle, con un narrativa bastante menos ingeniosa y equilibrada (Russell se ha caracterizado por realizar comedias con un fuerte componente dramático). Aunque la actuación de Lawrence da, como siempre, en el clavo, la actriz de 25 años termina por ser lo único que hace avanzar a Joy, lo que la ha descartado como candidata para los miembros de la Academia.
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