La personalidad narcisista de El Chapo Guzmán era bien conocida por los psicólogos penitenciarios, quienes lo describían como un hombre acomplejado, frío y calculador que no dudaba en asesinar para lograr sus objetivos. Sin embargo, lo que nunca se imaginaron los profesionales de la salud mental fue que su ambición llegase al punto de querer patentar su propio nombre.

Es así que una de las hijas del capo de la droga, Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, logró registrar 'El Chapo' como una marca ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial. 

La autorización, que le permitirá a la familia beneficiarse con la venta de relojes, sombrillas, joyas y hasta árboles de navidad con el sello del criminal, constituye una nueva humillación a la justicia mexicana, que ha sido burlada innumerables veces por el narcotraficante.

Pero el proceso de registro no fue fácil. La esposa y la hija del líder del cártel de Sinaloa presentaron entre el 2011 y el 2014, al menos 24 solicitudes para este propósito. 

Los documentos recogían todas las variantes posibles del alias del capo: El Chapito, Don Chapo, El Chapo Guzmán, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, entre otras. Sin embargo, una tras otra fueron rechazadas argumentando motivos de 'buenas costumbres, orden público y la moral'. 

Asimismo, el Instituto de la Propiedad Industrial, explicaba su negativa por el 'contexto social' que atraviesa la sociedad mexicana y el daño que a sufrido en manos de la delincuencia. 

Sin embargo, todos estos motivos se vinieron abajo cuando la familia presentó cuatro peticiones exclusivamente para el nombre El Chapo, un término usado para referirse a las personas de corta estatura (Guzmán Loera mide 1,64 metros). 

Es allí que les dieron la autorización para comercializar un amplio espectro de productos bajo esa rúbrica: joyería y bisutería, relojes, cronómetros, juguetes, paraguas, sombrillas, baúles, maletas, cuero y hasta adornos navideños y artículos de gimnasia.

La marca quedó registrada en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, donde otras tres personas también lograron la autorización para el sello El Chapo. El primero es un permiso para usar la marca en instrumentos fotográficos, el segundo en una empresa náutica y científica y finalmente para una compañía de ropa y calzado. 

Cabe resaltar que la polémica y recientemente conocida Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar de 32 años se mantuvo alejada del escándalo relacionado con su padre. Su nombre adquirió cierta fama en el 2012 cuando fue detenida en Estados Unidos por tratar de cruzar la frontera con documentación falsa. Finalmente luego de cumplir tres meses de condena, volvió a México donde su pista se perdió nuevamente. 

(Con información de elpais.com)

(Foto de cabecera: EFE)