Son infinitas las razones por las que la muerte de David Bowie es un luto mundial. En medio de la vorágine de noticias que se desprendían día a día a raíz de su más reciente disco, Blackstar, publicado hace solo tres días, su fallecimiento da un nuevo giro a todas las últimas señas de vida que había dado en las últimas semanas. Bowie era consciente que grababa los últimos sonidos de su vida, una vida que ya había grabado en la historia. Estos son cinco aspectos sobre cómo lo hizo: 

El número de personajes que representan su nombre: 

Además de su exploración por distintas ramas musicales (el soul, el disco, el rock, el pop, la electrónica), muchas de estas generaron también personalidades múltiples que Bowie convirtió en personajes inolvidables. Con The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars de 1972, dio vida a un extraterrestre bisexual y andrógino reconvertido a estrella del rock al que le bautizó como Ziggy Stardust. Otros de los personajes fueron Aladdin Sane y The Thin White Duke que se hicieron conocidos en los setentas. El mejor ejemplo de su multiplicidad es el gif que hace años viene dando vueltas por la redes sociales: 

El actor detrás del músico: 

Su capacidad para crear personajes no la restringió a su música. Bowie también selló su nombre en la cultura popular al desarrollar una carrera como actor tanto de teatro como de películas. Una de sus actuaciones más memorables fue en la obra de teatro The Elephant Man en la década del ochenta. Otras destacadas fueron su papel como Andy Warhol en la película Basquiat o de Nikola Tesla en la popular The Prestige. En los últimos videos que publicó de su reciente disco Blackstar, Bowie demostró que sus habilidades nunca se había reducido. Sus actuaciones, contrario a la realidad, indicaban que Bowie estaba entero. 

Su edad como una unidad de medida: 

La aparición hace poco de la web supbowie.com convirtió su vida en una especie de unidad de medida de la creatividad. La plataforma, creada para saber qué había hecho David Bowie a tu edad, permite conocer la evolución de una ambición siempre adelantada al tiempo. Con solo 22 años, por ejemplo, consiguió que Space Oddity se transforme en su primer hit en Reino Unido, donde la BBC usó la canción para cubrir la llegada del hombre a la luna. 

Su nombre como un adjetivo financiero: 

En 1997, Bowie se convirtió en el primer cantante en transformar sus derechos de autor en una inversión financiera, una fórmula aplicada hasta entonces solo a los créditos de automóviles o a las hipotecas. Los "Bowie Bonds", como recuerda la revista Poder, proponían un interés del 7,9% a 10 años, los cuales le permitieron al artista obtener de inmediato US$ 55 millones. Como garantía de estos papeles estaban sus derechos de autor de 25 de sus álbumes publicados antes de 1990, como Let’s dance o Hunky Dory. Eso lo pudo hacer debido a que contaba con los derechos de la totalidad de su obra.

La capacidad para enfrentar su despedida: 

Si bien se convirtió en un icono de la cultura popular, desde el año 2004, en el que sufrió un ataque al corazón, dejó atrás sus apariciones públicas. Verlo fue cada vez más difícil, solo había cabida para los rumores. Pero después de diez años, un día cualquiera, Bowie reapareció con un disco nuevo que nadie esperaba. En el video del tema The Next Day, con el que sorprendió a todo el mundo, gritaba que no estaba muerto:  "Here I am  / Not quite dying". 

Pero para su último disco, Blackstar, por el contrario, pareció preparar cada detalle de lo que sería su despedida. Nadie, hasta hoy, sabía que llevaba encima ocho meses enfrentando un cáncer. Decidió publicar el disco el mismo día de su cumpleaños número 69, retratar su desconocido estado de salud en el video de Lazarus y simbolizar con un estrella negra un disco que marca un hito en la eterna interrogante humana sobre cómo asumir la muerte, que vino por él solo tres días después del lanzamiento.