(LaMula.pe desde París a Lima) No puede contener su sonrisa en el avión, el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, está feliz, emocionado como un adolescente viendo su teléfono móvil. Estamos a la espera del despegue de nuestro vuelo, en el aeropuerto de Orly, en ese instante la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21) ha llegado a su fin con el anuncio de la firma del documento final, y él está leyendo los comentarios y felicitaciones. Ciento noventa y cinco partes de la vigésimo primera aprobaron el “Acuerdo de París”, que será jurídicamente vinculante y que entrará en vigencia en 2020.
"El acuerdo es vinculante y tiene cláusulas mandatorias. Ahora los países nos debemos preparar para beneficiarnos con sus resultados. Es clarísimo, es vinculante. El gran reto no es que haya una gran ley que lo declare, sino que estemos preparados para que su beneficio nos llegue", dice.
Si hay algo que resaltar en Pulgar-Vidal es que nunca dejó de lado su optimismo de lograr un acuerdo como el de ayer. Todas las veces que lo escuché o pregunté estaba siempre con sus tres o cuatro razones para confiar en lo que ocurriera en París. Ya en Lima, como presidente de la COP20, había demostrado que conocía, en primer lugar, los temas climáticos, y, en segundo lugar, las relaciones públicas internacionales. Fue su muñeca la que impidió que la cumbre de Lima fuera un fracaso y que más bien la transformara en eje central de las negociaciones de este año. Desde entonces y hasta estas dos últimas semanas se habló del Perú en todos los eventos climáticos como un país líder en este proceso. Buena parte de ello era consecuencia de la gestión del funcionario peruano.
Y la prueba de este prestigio del país y del ministro la observamos ayer cuando en el momento en que Fabius, con voz entrecortada, presentaba el borrador final, le agradeció públicamente por su apoyo y gestión en las últimas horas clave de estas negociaciones. Los aplausos y la ovación no se hicieron esperar.
Fue la recompensa a su gestión climática. Ya se lo había comentado en un encuentro anterior por los pasillos del evento: que muchísima gente de varios países -entre periodistas, observadores y negociadores con quienes había conversado- tenían la mejor de las impresiones sobre él. Me respondía con humildad, me decía que lo que importaba era seguir trabajando en busca del consenso. Hoy, en el aeropuerto Jorge Chávez, reconoció que la ovación fue un momento especial, pero que consideraba que eso era para el Perú: "Es un reconocimiento de capacidad, de atrevimiento, de liderazgo; es algo que no se debe perder, más bien debemos construir un mayor reconocimiento. Durante muchos años el Perú ha estado alejado del debate internacional y ahora se ha reenganchado en el más alto nivel con el reconocimiento de 195 países". Eso sí, se quebró ante un comentario que su hijo acababa de hacerle por redes sociales.
Me reitera que nunca había dejado de pensar en que el acuerdo se firmaría. Para él, era vital enfocar las negociaciones como un proceso de consensos, incluso con algunas demandas que quedan sin solución, pero que se debe comprender que hay que avanzar. Y remarca lo más importante de este texto: metas de economías descarbonizadas y a su vez resilientes al cambio climático; mecanismos financieros; metas de adaptación y mitigación desde la realidad de cada país; revisión periódica cada cinco años, entre otros aspectos.
Le pregunto por lo logrado por el Perú en la cumbre. "En la COP21 el Perú ha ganado en el fortalecimiento de bosques, en adaptación, en finanzas, en el rol de la Agenda Climática Lima-París; estos son elementos centrales que han demostrado que el Perú no sólo ha liderado el proceso de la COP sino que además lo ha encaminado a conseguir beneficios como país en desarrollo", señala.
En la COP21 dio una conferencia de prensa junto con la ministra de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía de Francia, Segolene Royal, y la ministra del Ambiente de Marruecos, Hakima El Haité, en la que anunciaron los siguientes pasos de la Agenda de Acción Lima-París (LPAA, por sus siglas en inglés). Y con miras a ello le pregunto qué viene de cara a la COP22. "Lo que hay que hacer en políticas públicas es trabajar para ser más multisectoriales. El cambio climático es competencia de todos los sectores, no solo del Ministerio del Ambiente, por ejemplo la Cancillería ha trabajado mucho. También es multinivel, hay mucha responsabilidad de los gobiernos regionales y locales. Por ejemplo, ciudades sostenibles es tema de gobiernos locales, y todos los temas vinculados a las capacidades de las regiones para manejar sus bosques, son responsabilidad de los regionales, y temas como transporte público masivo corresponde al gobierno nacional", explica.
¿Y el sector privado, ministro? "Hay que prepararnos en todos los niveles y a su vez hacer que el sector privado sea más consciente, más responsable con el cambio climático, hay algunas empresas que sí asumen pero son muy pocas. Todavía se ve reticencia a ingresar a una economía verde y es que lamentablemente hay una negación a seguir lo que se discute en el mundo. Hay discusiones globales sobre el precio del carbono, sobre eliminación de subsidios a los combustibles fósiles, discusiones sobre energías más limpias, descarbonización y resiliencia, son una realidad que no tienen marcha atrás, y en el Perú ni gobierno ni empresas deben dar marcha atrás", detalla.
El llamado Acuerdo de París es el primer paso de una nueva etapa para nuestro planeta. Sin duda, hay puntos de vista discordantes y expectativas no satisfechas, pero es un paso adelante. El Perú -de acuerdo con sus compromisos nacionales (INDC)- deberá ejecutar medidas de mitigación y adaptación, reforestar y detener la deforestación, atender a las comunidades, titular sus territorios, proteger los bosques, luchar contra la tala ilegal, entre otros aspectos. "El Perú debe cumplir con sus INDC, ya no son compromisos voluntarios, ahora son vinculantes", subraya.
Salimos del avión, caminamos hacia 'migraciones' y antes de despedirnos le pregunto qué le diría a los candidatos presidenciales: "Los candidatos deben tener claridad sobre cómo manejar una economía descarbonizada y resiliente, con claridad y exigencia de la ciudadanía. No deben permitir que el Perú pierda el reconocimiento logrado".
Nos despedimos. Ambos sabemos que ahora se viene lo difícil: enfrentar la agenda interna. Me ha enumerado algunos temas pendientes de su cartera y él sabe que vienen temas difíciles por resolver, y otros por implementar e impulsar. Olvidé recordarle su compromiso -establecido en plena COP21- con Diana Ríos, líder de la comunidad de Saweto, que sigue siendo amenazada por los taladores ilegales, los mismos que asesinaron a su padre y a otros tres líderes hace poco más de un año. Pero confío en que será uno de sus principales punto de agenda interna. Mientras tanto, que goce del reconocimiento nacional y mundial, lo merece.
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