Hace solo unos días, tras resultar electo en la segunda vuelta electoral como nuevo presidente de la Argentina, Mauricio Macri fue recibido por la mandataria Cristina Fernández por menos de una hora en la residencia de Olivos al norte de Buenos Aires. Un encuentro que tuvo como único punto a tratar -según el conservador- la ceremonia de transmisión de mando programada para el jueves 10 de diciembre.

Sin embargo, todo parece indicar que hasta el momento ambas fuerzas políticas no se han puesto de acuerdo, puesto que mientras la viuda de Néstor Kirchner insiste en que debe respetarse lo establecido en la Constitución señalando que el escenario es el Congreso de la República y frente a la representación nacional, Macri busca que la ceremonia sea lo más corta posible y el encuentro entre ambos sea en la Casa Rosada.

Y es que en Argentina, por ejemplo, a diferencia de países como el Perú, la banda presidencial y el bastión de mando lo entrega el presidente saliente (aquí, por ejemplo, se hace a través del presidente del Congreso). Acto que se realiza luego que el nuevo mandatario jura ante el Legislativo. La diferencia está en que hasta el año 2003 el juramento se realizaba en la sede parlamentaria y luego el nuevo presidente acudía hasta la sede del Ejecutivo para encontrarse con su antecesor.

Pero con la llegada de Kirchner al poder se procedió a que la ceremonia se realice solo en el Congreso, algo que además le dio un carácter más festivo y la acercó más a los ciudadanos que llegaban hasta los exteriores para las celebraciones. ¿Por qué Macri quiere entonces jurar ante el Congreso y que Cristina no se mueva de la Casa Rosada?

Para el mismo 10 de diciembre se ha convocado desde distintos colectivos de la sociedad a varias manifestaciones en respaldo a Fernández de Kirchner. Desde las Madres de Plaza de Mayo hasta La Cámpora, miles de argentinos plantean salir a las calles para expresar su apoyo a la saliente gobernante y según otras voces repudiar también la llegada del conservadurismo al poder.

Pues al nuevo presidente esto parece no haberle hecho gracia alguna, y mucho menos imaginar las barras kirchneristas y y peronitas en la sede del Legislativo si es que a Cristina se le ocurre aparecer. Por ello el plantemiento de la nueva administración fue presentado como innegociable: Macri jura y habla ante el Congreso y después se encuentra con Cristina en Casa Rosada para que le entregue la banda.

Pero finalmente, tras algunas horas de cruce de posiciones, el presidente electo y compañía se quedarán con las ganas de hacerlo a su manera, ya que a través de un comunicado la Secretaría General de la Presidencia aclaró que todo se hará como en los últimos traspasos, lo que confirmó el jefe del Gabinete Anibal Fernández.

Bueno, al parecer el último intento de Macri porque la etapa kirchnerista pase desapercibida el día de su llegada al poder, ha fracasado. Habrá que esperar ahora hasta el próximo jueves para ver quién resulta más aplaudido... ¿el presidente entrante o la presidenta saliente?


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