Han pasado 18 años y todavía no obtiene justicia. Seferina Castro Huamán, una de las miles de víctimas de las esterilizaciones forzadas (política de salud impulsada por el dictadura de Alberto Fujimori) todavía tiene la denuncia que hizo el 11 de julio de 1999 en donde señalaba que dos años antes (cuando tenía 36 años) le ligaron las trompas contra su voluntad. Lo más indignante: este intervención quirúrgica ocurrió cuando tenía dos meses de embarazo.

En el documento, Castro Huamán, comunera de Tropa (Cusco), explica que fue captada por personal de la posta médica con el apoyo logístico de la Municipalidad distrital de Colquepata. Por supuesto, no fue la única. Recordemos que trabajadores de la salud tenían que cumplir con su 'cuota' de esterilizaciones. 

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El diario La República viajó hasta la región Cusco para conversar con esta víctima de la política de 'salud pública' que en realidad fue un atentado contra los derechos fundamentales de miles de mujeres peruanas. Un tema por el cual, la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, aún no se pronuncia de manera clara y firme. A continuación, compartimos algunos fragmentos del dramático testimonio.


MENTIRAS A NOMBRE DEL ESTADO 

Yo vi cómo traían en el carro de la municipalidad al Centro de Salud de Colquepata a las mujeres de mi comunidad. Habían ido a mi casa a las 12 de la noche los enfermeros Peter, José y Hernán. Ya habían ido muchas veces antes, insistían e insistían. Yo los puedo reconocer ahora. ‘Como la uña te vamos a cortar, no dolerá nada y todo va a estar mucho mejor’, me dijeron. Yo tenía seis hijos, me dijeron que si tenía más yo era la que iba a sufrir y no mi marido. Yo les dije que no quería porque había consultado a mis pastores (de la iglesia adventista), y ellos me dijeron que ligarse era malo. Me respondieron que yo era una rebelde.

CONTRA SU VOLUNTAD

"Yo logré escaparme del Centro de Salud, pero me atraparon los enfermeros Alicia, Peter y Hernán. Me agarraron de las dos manos y empujándome me trajeron de vuelta. Me encerraron en un cuarto y vi por la ventana que una mujer estaba con las piernas arriba. Me desesperé porque pensé que me iban a hacer lo mismo ahí. Vi una sala grande también donde estaban muchas mujeres tiradas en el suelo. Unas estaban hablando, a otras les salía espuma por la boca. Levantaban la cabeza y se caían. Yo les decía a los doctores: ‘¡No quiero que me hagan nada, nada, nada! ¡Suéltenme, por favor!’. La enfermera Patricia me puso una inyección (la anestesia) y ya no recuerdo más. Desperté y me dolía mucho la barriga. No podía alzar mi pierna. [...] Cuando la enfermera Alicia se enteró, me dijo que me harían abortar. Ahora mi hija tiene 17 años. Nieves se llama. Ellos no pudieron negarle la vida".

LA IMPUNIDAD DURANTE EL FUJIMORISMO

"La denuncia ha quedado en nada. Cuando me encontraba muy grave por los dolores hice la denuncia. Ha quedado en nada porque no tenía dinero para que continúe la investigación y sobre todo porque el juez de paz me había dicho que mejor no haga nada porque era peligroso para los médicos del centro de salud. ‘Mejor ahí no más que quede’, me dijo. Frustrada, triste, adolorida, ya no pude hacer nada más".

Cabe mencionar que según cifras oficiales de Ministerio de Salud, entregadas a la Defensoría del Pueblo, aproximadamente 270 000 mujeres fueron esterilizadas durante el fujimorismo. De ellas más de 2 000 fueron operadas contra su voluntad.

[Foto de portada: La República]

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