Hace más de un siglo, específicamente en 1912, la compañía Merck aisló de manera accidental el MDMA, la conocida droga de las fiestas. Sin embargo, al no encontrarle una aplicación específica, decidieron abandonar las investigaciones en cuanto a sus efectos y usos. Es así que nadie le prestó atención durante mucho tiempo. 

Varias décadas más tarde, ya en los 80, el químico estadounidense Alexander Shulguin la trajo nuevamente a la luz resaltando sus notables beneficios terapéuticos.

¿Cuáles son esos privilegios que la droga sintética puede causar en nuestro organismo?

El especialista afirmó que la sustancia le permite a su usuario expresar y experimentar afectos reprimidos por las distintas barreras culturales.

Es así que alcanzó gran popularidad entre el underground de California y con ese ascenso también se pasó a adulterar el producto hasta llegar a lo que hoy conocemos como éxtasis. 

Y es que el MDMA es la forma pura del éxtasis, el cual contiene, además del compuesto activo, otros elementos como anfetaminas, cafeína y hasta cocaína. 

Por este motivo, en 1985, Estados Unidos declaró la sustancia como ilegal a pesar de que muchos científicos la calificaban como una droga con muchas propiedades positivas para hacer aflorar pensamientos y recuerdos reprimidos. 

¿Cómo actúa?

El MDMA afecta directamente a los neurotransmisores del cerebro. Estos son los encargados de controlar el apetito, el sueño, la memoria, el aprendizaje y hasta el estado de ánimo.

Y es que la droga actúa en la cantidad de serotonina, dopamina y norepinefrina que liberamos, sustancias que nos hacen sentir 'felices' y empáticos. Y podemos estar así hasta ocho horas, en un estado de completo éxtasis, de allí el nombre de su derivado. 

Pero todo no puede ser color de rosa. El problema viene después del clímax, puesto que se libera tanta serotonina que al regresar al estado normal, el cuerpo queda falto de ella llegando a presentar efectos secundarios como mal humor, depresión y cansancio. Por esta razón está prohibida en pacientes que estén recibiendo tratamiento para combatir la depresión. 

Sin embargo, los investigadores vienen estudiando las capacidades del MDMA para actuar como terapia contra el estrés y la ansiedad, aunque las pruebas en monos y ratas han demostrado que incluso en pequeñas cantidades, la droga puede causar daño cerebral permanente y la destrucción de las terminaciones de las neuronas encargadas de segregar la serotonina. 

(Foto de cabecera: theeyeopener.com)