Una de las investigaciones ganadoras del Concurso de Investigación en Educación FORGE-CIES, organizado por el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), titulado "Identificación de factores y habilidades que predicen el desempeño en la comprensión de textos orales y escritos", de la investigadora Andrea Junyent, intenta responder la preguntar que titula esta nota.

Es ya creencia generalizada, y con sustento, que la comprensión lectora es imprescindible para el desarrollo personal y social de los niños, así como para su futuro éxito académico y laboral. Es así que mejorar la adquisición de esta competencia es un importante desafío para el Estado, pues los resultados de pruebas nacionales e internacionales (entre ellas, TERCE, PISA, ECE) de evaluación muestran un desempeño muy pobre de los niños peruanos.

Predictores 

Se analizó datos de la base Niños del Milenio (más detalles al respecto, aquí) y se evaluó un modelo de relaciones entre las características del niño (género y nivel de desarrollo) y las oportunidades que tuvo (relacionadas a su educación; las características de su familia y ambiente), de un mismo grupo en dos edades distintas.

Los hallazgos principales fueron que las características de la madre –y la posibilidad que ésta tiene de emplear prácticas de literacidad con su hijo– predijeron el desempeño de los niños de 5 años en las pruebas de vocabulario; y el vocabulario a los 5 años y la posterior habilidad de comprender textos orales predijeron la comprensión de textos escritos a los 8 años. Prácticas de literacidad sobre niños, en palabras de la investigadora, generan un efecto dominó a favor del desarrollo del vocabulario.

Recomendaciones

El estudio propone intervenciones tempranas (preescolares) para mejorar el vocabulario y, así, la futura comprensión lectora, a través de prácticas de literacidad empleadas por cuidadores y docentes de Educación Inicial. Es así que estas recomendaciones no recaen exclusivamente sobre la responsabilidad del Estado, sino que trasciende hacia círculos más familiares o íntimos, a roles no escolarizados.

Al respecto, es fundamental señalar que estas recomendaciones están enfocadas a aplicarse, preferiblemente, en contextos sociales vulnerables, donde se tiene menos oportunidades de desarrollo integral. Se sabe que en el Perú, los proyectos educativos nacionales tienen que enfrentarse a realidades de evidente inequidad: las brechas educativas resaltan cuando se contraponen, por ejemplo, escuelas en zonas urbanas y escuelas en zonas rurales; escuelas privadas y escuelas públicas; y niñas y niños.

Por otro lado, las limitaciones de este estudio -o podría verse como cuestiones a problematizar- pueden estar referidas, por ejemplo, a factores no lingüísticos: la motivación, las formas en que la literacidad se practica en casa o con los cuidadores. Asimismo, este estudio se centró en niños que hablaban en español; de tal manera que, para casos de bilingüismo, quizá el desarrollo de la habilidad de comprensión lectora responda a dinámicas distintas.

Además, cuando se habló de la influencia de la madre en la mejora de la comprensión de textos escritos, se deja a un lado la variable de la formación de la madre, su procedencia, su posición en el mercado laboral en la zona donde vive, o si acaso tiene una vida principalmente doméstica. En ese sentido, cabe mencionar que aquí las brechas de género, como taras sociales, son fundamentales para comprender, en parte, la formación de los niños.


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