Hoy, el blog Esahora.pe públicó el artículo "Los difíciles cambios en las políticas antidrogas" del politólogo Gonzalo Alcalde, en el que se citan algunas informaciones e indicios sobre la ineficiencia de la política de guerra contra las drogas en el Perú y en la región promovida por el gobierno estadounidenses y otras agencias.
Entre las pruebas que confirman "la necesidad de modificar las políticas antidrogas" estaría por ejemplo la filtración de documento informativo -aún en revisión- producido por la agencia especializada en drogas de las Naciones Unidas (UNODC), institución que supervisa las políticas de drogas en el mundo. En el documento, se recomienda a todos los países miembros de la ONU despenalizar la posesión de drogas para consumo personal. A pesar de haberse hecho público a través de los medios, el documento nunca se oficializó.
Asimismo, Alcalde menciona otro ejemplo: el emblemático caso de los narcopolicías -entre ellos, el jefe antidrogas de la región- que fueron detenidos al hallárseles 23 kilos de cocaína en Puno, mientras iban transportándolos. Tras el operativo murió uno de ellos, por las heridas causadas en la intervención. Habría que añadirle a ese caso, el del teniente Delgado Ruiz, destacado en el Vraem, al que la Dirandro le realizó interceptación telefónica, para terminar confirmando que estuvo brindando información militar a narcos de la zona. Y si uno revisa información de años atrás, encuentra más de esos casos.
Por otro lado, el especialista interpreta y contrapone algunos de los números que se han manejado en estos últimos años en relación a la erradicación y uso de drogas legales e ilegales.
"En el Perú, al menos, la información presentada en la actual Estrategia Nacional de Lucha Contra las Drogas, 2012-2016, señala que no ha habido tendencias claras de reducción ni en la producción de coca (46,200 hectáreas de cultivo en 2000 y 129,500 en 2010) ni en el consumo de drogas ilícitas (en 2002, 7.8% de la población las había usado alguna vez en su vida, 4.6% en 2006, y 5.1% en 2010). Interesantemente, el uso de drogas legales, como alcohol y tabaco, si se ha reducido sostenidamente durante este último período (de 94.7% en 2002 a 77.7% en 2010)".
Para el politólogo, al igual que lo dicho por muchos especialistas en estos últimos años, el enfoque que busca reducir el problema de la demanda y oferta de drogas ilegales a un asunto criminal no muestra que sea el más eficiente ni el más sostenible para resolver parcialmente dicho problema.
Si bien los medios suelen propalar, a diario, los resultados de las interdicciones policiales, en una serie números, pesos, detenidos, regiones, el narcotráfico parece estar siempre "dos pasos adelantes" del aparato gubernamental, como lo dijo alguna vez el exjefe de Devida, Ricardo Soberón. Quizá este enfoque periodístico de rebotar los resultados policíacos, en términos de logros, ayude a reforzar un presupuesto que Alcalde explicita en su artículo:
"El Perú en particular es una sociedad muy conservadora, donde se tiende a ver a las drogas como asunto de bien y mal, y difícilmente respaldará propuestas de políticos que pretendan tener una mano blanda con las drogas y enfocarlas como problema de salud o de derechos".
Miradas alternativas al problema del narcotráfico en el Perú serán difíciles de encontrar mientras se siga con la misma línea que se ha seguido durante estos últimos gobiernos.
¿Algún candidato presidencial o congresal tendrá alguna nueva propuesta más sostenible que la que el gobierno ha venido llevando estos últimos años?
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