La publicación del libro Mitad monjes, mitad soldados, de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, que revela casos de abusos sexuales por parte de miembros del Sodalicio, ha causado "un terremoto" en dicha comunidad y en la misma Iglesia Católica en el Perú. Y las réplicas, como ocurre después de estos sismos, se han manifestado.
Una prueba de ello es la demoledora carta que ha enviado al Sodalicio el padre Jean Pierre Teullet, colocado en la congeladora tras denunciar, en mayo del 2012, cuatro casos de abusos de Luis Fernando Figari, el exhombre fuerte de dicha comunidad católica. Y son casos distintos a los denunciados en los medios.
La misiva de Teullet, dirigida al oficial de comunicaciones del Sodalicio, Fernando Vidal, es una respuesta al primer comunicado de dicha comunidad, hecho público el pasado lunes 19 de octubre, en el que respondió, con firma de Vidal, calificando como "errores" los delitos de Figari y compañía, a las denuncias difundidas en los medios de comunicación el fin de semana previo.
Según el blog Las Líneas Torcidas, del exsodálite Martin Scheuch, la carta de Teullet originalmente era de carácter interno, pero finalmente fue filtrada en Facebook, donde ha estado circulando con gran velocidad. La contudencia de los argumentos del religioso, junto a la aparición de más denuncias, habrían hecho cambiar de parecer a la gente del Sodalicio, que publicó un segundo comunicado, distanciándose más de Figari y de los escandalosos hechos.
Además, refiere que Teullet fue puesto en la congeladora, siendo alejado de su función de párroco de una congregación en Ate, "aparentemente por presiones del Sodalicio", luego que presentara las denuncias contra Figari en el Tribunal Eclesiástico.
A continuación, enumeramos algunos extractos de la misiva que habría hecho remecer al Sodalicio.
1. Pedidos desestimados por Regal y también por Alessandro Moroni, actual Superior del Sodalicio que ahora se hace "el indignado":
En mayo del 2012, luego de varios meses de diálogo infructuoso con las autoridades, 4 sodálites presentamos formalmente «pedidos de investigación» contra el Hno. Luis Fernando Figari por actos graves e inmorales cometidos por él, distintos a los que han sido presentados el domingo (en los programas periodísticos, N del E.). Estos pedidos fueron desestimados, primero por el superior general de entonces, el Hno. Eduardo Regal, y luego, al ser presentados nuevamente por mí de modo formal en abril del 2013 al nuevo superior general, el Hno. Alessandro Moroni, fueron también desestimados por él.
2. Ni investigación, ni jurado, ni dictamen, ni nada:
(...) nunca se realizó una investigación formal como Usted afirma en su comunicado. Nunca se erigió un jurado, nunca se nos solicitó el testimonio formal, nunca hubo actas, nunca se dio un dictamen, y menos se nos respondió de modo formal la conclusión de dicho proceso. Los denunciantes no quedamos satisfechos.
3. Nunca se tomaron medidas con los responsables:
Resulta aún más desconcertante la afirmación final de dicho numeral: «hemos tomado con los responsables las medidas que corresponde según derecho». Puedo asegurar que ello, en cuanto al Hno. Figari y a un miembro más del SCV involucrado también, nunca se dio, pues ellos no experimentaron de parte de ustedes las medidas de las que habla. De nuevo su comunicado no se ajusta a la verdad.
4. El Sodalicio sabía que las denuncias llegaron al Tribunal Eclesiástico de Lima:
(...) en la segunda mitad del año 2011, el Hno. Eduardo Regal, superior general del SCV en dicho momento, nos congregó en el centro pastoral de San Borja para decirnos que sabían de unas denuncias graves contra el Hno. Luis Fernando Figari en el tribunal, y que por tal motivo él había acudido en Roma «donde los mejores canonistas» para presentarles el caso, y éstos le habían dicho allí que «no se preocupara por dicha denuncia porque al ser el Hno. Luis Fernando Figari laico, él no tenía tipificación canónica, y que en todo caso, había ya prescrito».
5. Figari no solo iba y venía, sino que siguió activando en el Sodalicio:
(...) el Hno. Figari ha vivido en Lima desde su renuncia a fines del 2010 hasta abril del 2015, y ha tenido libertad de movimiento para visitar diversos proyectos del SCV, recibir personas en su comunidad, escribir correspondencia, hacer llamadas a miembros de la familia espiritual, y de él ustedes como autoridades han propagado libros, publicaciones y cursos.
6. Finalmente, una recomendación:
(...) sugiero que cristianamente Usted debería rectificar dichas afirmaciones, que además de ser inexactas, obligan en conciencia a explicarlas de acuerdo a la veracidad de los hechos. Desde que presenté la primera denuncia interna en el SCV hace 7 años, permanecí callado, incluso frente a medios de comunicación que me buscaron, y sigo pensando que esto debe tratarse con discreción pero firmeza, sin embargo el comunicado público suyo lleva a que como deber moral, tengan que ser aclaradas las inexactitudes allí presentadas.
Apenas un día después de esta carta, el Sodalicio publicó un nuevo comunicado, en el que deslinda de Figari y pide que se forme una comisión investigadora.
Mientras el asunto está en palabras para la Iglesia, la Fiscalía ya ha abierto una investigación, y un periodista ha puesto una denuncia contra el propio cardenal Juan Luis Cipriani y compañía. El propio arzobispo de Lima ha salido a decir que las denuncias contra el Sodalicio "deben ser investigadas". Esta historia continuará.
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