Un tema que está en la agenda de la gran mayoría de candidatos a la presidencia de los Estados Unidos es la reforma carcelaria. Y es que actualmente el Gobierno de Obama está haciendo grandes esfuerzos para reducir la población de las prisiones que se desbordan por la afluencia de criminales.
Y es que hasta la fecha hay más de dos millones de presos en prisiones federales, estatales y locales, y muchos de ellos se encuentran en condiciones de hacinamiento.
Es así que una nueva estrategia para reducir estas cifras, plantea que del 30 de octubre al 2 de noviembre, el Departamento de Prisiones del país libere 6 mil prisioneros del sistema penitenciario federal.
Al mismo tiempo los reclusos se beneficiarán con un cambio en las normas de sentencias a delitos relacionados con drogas, eliminando así la diferencia de condenas anunciada en el 2014.
Es así que el departamento de Justicia dio la orden a los fiscales para que no pidan penas severas para los convictos sin antecedentes vinculados a pandillas, organizaciones de narcotráfico y violencia.
Con el establecimiento de estas nuevas medidas, nada menos que 46 mil presos se beneficiarán en los siguientes meses.
El caso de Hernández
Jason Hernández, un joven de 21 años, entró a prisión por traficar 'crack', un delito que merece una sentencia hasta 100 veces mayor a de su proveedor solo por el tipo de droga que distribuía. Es así que se le sentenció a cadena perpetua:
"Mi proveedor, que me daba el polvo que yo convertía en crack, recibió sólo 12 años por cocaína mientras yo obtuve una sentencia de por vida".
Sin embargo, después de 15 años, Obama lo incluyó entre los presos a los que se les condecía la reducción de penas por 'disparidad de sentencias'.
De esta manera Hernández se convirtió en la figura de la disparidad de sentencias por crímenes de drogas en los Estados Unidos, que según los números del Departamento de Justicia, afecta a casi 9.000 condenados por delitos de crack. La mayoría de ellos son negros e hispanos.
Disparidad de sentencias
Esta normativa surgió con la Ley contra el Abuso de Drogas en 1986 como parte de la llamada 'Guerra contra las Drogas'.
Es así que el Gobierno presionó para fortalecer la incautación de bienes, las medidas punitivas contra el lavado de dinero y los castigos para los distribuidores según la droga que comercializaran.
Es así que un traficante encontrado con cinco gramos de crack tenía que purgar una condena de cinco años de cárcel sin derecho a libertad condicional, mientras que un portante de 500 gramos de cocaína pagaba la misma pena.
La desproporción cambió en el 2010 cuando se aumentó la cantidad mínima de crack de cinco a 28 gramos.
Es así que actualmente quien trafica con cinco gramos de crack recibe el mismo castigo que quien trafica con 90 gramos de cocaína.
La discriminación
Para muchos analistas del tema, este desequilibrio revela la desigualdad entre ricos y pobres que afecta principalmente a las minorías. Al respecto, Hernández afirma:
"De las 17 personas condenadas en esa prisión a cadena perpetua sin libertad sólo había un blanco".
Además cifras oficiales informan que el 37% de los presos son negros, mientras que el 34, son hispanos.
Al respecto, Obama pidió el apoyo de los congresistas para apoyar los proyectos de la ley bipartidispa de reforma judicial que reducirá más la disparidad entre los condenados por crack y cocaína:
"Tenemos más gente presa que los 35 países más grandes de Europa juntos. Estos hombres y mujeres no eran grandes criminales, sus castigos no se ajustan a sus crímenes".
(Foto de cabecera: lr21.com)