El Papa Francisco visitó hoy la Asamblea General de las Naciones Unidas para dar otro polémico discurso, esta vez hacia la comunidad internacional.

En la prédica, que comenzó en español, la lengua natal del Sumo Pontífice, se abordaron diferentes temas actuales como el narcotráfico, el cambio climático, las armas nucleares y la situación de los organismos financieros internacionales. 

Las instituciones financieras

El Papa pidió una mayor equidad en los organismos financieros, especialmente los grupos y mecanismos creados para afrontar las crisis económicas. En sus palabras esto contribuye a evitar las injusticias:

"Esto ayuda a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo. Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que lejos de promover el progreso someten a los poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia".

Asimismo también reflexionó sobre el concepto de poder. Y es que para el Papa, la limitación del dominio sobre los demás debe ser una idea implícita dentro del Derecho:

"Dar a cada uno lo suyo significa que ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y los derechos de otras personas singulares".

El medio ambiente y la exclusión

Francisco también dedicó parte de su discurso a enfatizar la importancia del medio ambiente y la exclusión que significa su destrucción: 

"Para todas las creencias religiosas el ambiente es un bien fundamental. Su abuso y destrucción van acompañados por un imparable proceso de exclusión".

Asimismo señaló que un afán egoísta de poder material lleva a abusar de los recursos y excluir a los más débiles:

"La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente". 

Es así que instó a los diferentes gobiernos del mundo a garantizar a sus poblaciones un acceso efectivo a una vivienda propia, un trabajo digno, una alimentación adecuada, libertad religiosa y educación. 

Además dijo que confía en que en la próxima Conferencia de París acerca del Cambio Climático logre acuerdos importantes y eficaces:

"La crisis ecológica junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana".

Las armas nucleares

El Sumo Pontífice también exigió una total prohibición al armamento nuclear por considerarlo una amenaza de destrucción mutua:

"Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el acuerdo de no proliferación, hacia la prohibición de estos instrumentos".

Además con respecto al reciente acuerdo nuclear entre las principales potencias e Irán, dijo:

"Es una prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho ejercido con paciencia. Hago votos para que el acuerdo sea eficaz y dé los frutos deseados para todas las partes implicadas".

Narcotráfico

El Papa no dejó de referirse al tema del tráfico de drogas y la corrupción. Es así que calificó su ejercicio como una guerra asumida y pobremente combatida:

"El narcotráfico va a acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción. Ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones".

La conclusión

Como mensaje de término a su discurso, señaló la importancia de preocuparse por el otro y no dejó de expresar su repetida frase de inclusión hacia los que están fuera de la Iglesia:

"Yo les pediría a cada uno que cuiden al otro, que sean cercanos del otro, que esperen al otro. Rezaré por ustedes y por sus familias, y les pido a cada uno de ustedes que se acuerden de rezar por mí. Si alguno de ustedes no es creyente, les pido que me deseen algo bueno. Que Dios los bendiga".

(Foto de cabecera: Efe)