Sí, mulero. Ya sabemos que has visto el video en casi todos los portales de noticias. Sin embargo, ya te habrás dado cuenta en el titular que por aquí preferimos decir las cosas como realmente fueron y como al parecer nadie más se atreve. Y nos animamos cuando vimos este titular...

Y no, pues. Precisamente el buscar ser extremadamente cuidadoso al momento de titular este tipo de casos es lo que hace a veces incurrir en un error como el de nuestros amigos de La República -que confiamos haya sido solo eso, un error-.

Lo que hicieron tres jueces del programa concurso Ecuador Tiene Talento con la joven Carolina Peña de solo 16 años, es una clara falta de respeto. Nada menos. Y es que lo que debió ser una crítica a su desempeño en el escenario, terminó convirtiéndose en un cargamontón por cometer 'el terrible pecado' de no creer en el mismo dios que ellas.

Pero vamos una por una.

María Fernanda Ríos fue al ataque desde el inicio.

¿Tú crees en dios? ¿Te das cuenta? Sin dios no llegamos a ningún lado. Por eso tú crees que siendo 'autodidáctica' vas a llegar a la cima y no lo vas a hacer. 

O sea, ¿según la señorita del jurado, Carolina no va a llegar a ningún lado por no creer en el mismo dios en el que ella cree? Sentencia que no 'llegará a la cima' pensando así. Ajá,  habría que preguntarse entonces a dónde han llegado el ganador del Globo de Oro, Hugh Laurie (Dr. House), el físico Stephen Hawking, el cantautor Billy Joel, Björk, David Bowie, Liam y Noel Gallagher, John Lenon y un larguísimo etcétera de no creyentes que tienen, siendo objetivos, carreras mucho más largas y reconocidas que la suya. A ver, pues.

"Yo respeto si crees o no. Pero yo te apreté la 'x' porque siento que a estas alturas necesitamos excelencia y con esa voz no creo que llegues a ganar Ecuador Tiene Talento".

¿En serio respeta si cree o no? ¿Cinco segundos antes le dijo que no llegaría a ningún lado si no creía y ahora le dice que lo respeta? Que ella considere que con su voz no ganará el concurso es quizá el juicio con el que debió iniciar su intervención, porque poniendo 'replay' al video y viendo el tono inquisidor y despectivo con el que se dirige a la adolescente, queda claro que para ella nada de lo que hiciera la haría una buena participante si no se ponía a cantar un remix del 'alabaré'.

Paola Farias, por su parte, buscó que una chica de solo dieciséis años le de una clase de filosofía.

"Eres hermosa, solo quiero saber por qué no crees en dios. Una curiosidad, no te juzgo. ¿Qué crees? ¿De dónde venimos? ¿Qué eramos antes de nacer? A ver, explícame".

A Farias no le bastó con que Carolina le dijera que simplemente 'no le nacía creer'. Vamos a ver, nadie tiene que explicar -¡y menos en televisión nacional!-, las razones por las cuáles no tiene fe en un ser superior. No es una entrevista, sino un concurso de talentos. A una chica de dieciséis años -y a cualquier no creyente- no le descalifica el no dar una explicación inmediata del inicio de la humanidad, así como a cualquier creyente no se le obliga a tener en la cabeza los capítulos y versículos exactos del Génesis que la teorizan. ¿Por qué ametrallar a un participante con preguntas y repreguntas sobre algo que no debería estar en discusión en ese tipo de escenario?

Además, le piden dar una respuesta concreta cuando Ríos -sí, la inquisidora del pelo rojo-, no puede dar una similar sobre su propia creencia. 

"Hay cosas que no se ven y ahí entra el amor a dios. Se siente... te puede ayudar... te ayuda a ser mejor".


Pero pasemos a la última. Wendy Vera, digamos, fue la más 'malcriada' al inicio de las intervenciones.

"Deberías empezar a creer, mamita. A ver si te hace el milagrito.

¡¿WHAT?! Si no cree en dios, ¿por qué tendía que esperar un 'milagrito'? Pues no, para la señorita era igual, así que no dudó en subestimar a la participante y decirle, en otras palabras, que no sabía de lo que hablaba porque aún era muy joven. A ver, que alguien le explique que, por ejemplo, Daniel Radcliffe inició su exitosa carrera siendo solo un niño... y es ateo. 

"Yo creo que aún tienes 16 años y has tenido tal vez muchas cosas bonitas en tu vida, pero llega un momento en que sufres tanto que lo único que te lleva a continuar es el amor impresionante a dios".

Claro, ¿debemos entender entonces que ningún creyente sufre o que todos los ateos son felices? No nos queda claro. ¿O es que para ser felices creyendo debemos antes sufrir obligatoriamente? ¿Es esa la gran predica que pretenden sea aceptada en la televisión nacional de un estado laico? Laico, sí, esa palabrita que suena tanto en la región pero que pocos parecen entender que supone que ninguna creencia, por mayoritaria que sea, debe imponerse al resto de ciudadanos y, por ende, nadie que piense diferente merece ser humillado, tenga la edad que tenga, en ninguna circunstancia. Mucho menos en un medio de comunicación.

Además, sorprende que precisamente esta jurado fue la misma que hace un año se oponía a que un participante cantara música cristina en el concurso, porque podría hacer que la gente no fuese objetiva por identificarse con su religión.

Ya, pues. ¿En qué quedamos?

Felizmente, Fernando Villarroel, puso la cuota de sensatez en la mesa y fue bastante claro. 

"No te voy a dar una charla de Catecismo como mis compañeras porque, con el respeto de ellas, yo sí creo que la religión es una cosa y el talento artístico es otra. Que eso no te prejuicie".

Obviamente, las agraviadas saltaron hasta el techo.

"Aquí ninguna la está calificando por sus creencias, sino por su talento". 

No, no, qué va, si todos los comentarios fueron hacia eso, hacia su talento.

"Fue solo un consejo de vida porque es una niña chiquita, tiene 16 años, fue un consejo porque a veces cuando estamos jóvenes creemos ser los dueños del mundo cuando necesitamos algo más".

Claro, claro, ser cristiano y 'mayor' otorgar el derecho de andar i̶m̶p̶o̶n̶i̶e̶n̶d̶o̶  brindando consejos de vida a quien no se lo pide.

"Para mí dios es amor. Digan lo que digan no es asunto mío".

Exacto, así se habla. Los que exigen respeto y predican 'amor, dando una muestra clara y contundente de tolerancia.

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En fin, mucho se critica precisamente a quienes piden que por fin se respete la laicidad de los países que son constitucionalmente considerados como tales, como los que buscan 'imponer' sus creencias y su 'estilo de vida errado'. Y son precisamente importantes para ello casos como el de este programa ecuatoriano, por evidenciar que se está friendo la tortilla del lado equivocado. Y en ese sentido el tratamiento ambiguo y delicado de los medios para tratar este tipo de hechos, no contribuye en nada para voltearla. Las cosas como son.

A ver si nos vamos dando cuenta.



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