¿Terrorismo o psicosocial? Este jueves la presencia de más de 50 granadas en un local ubicado en el distrito de Breña ha revelado nuevamente la grave situación de inseguridad que vive nuestro país.
Sin embargo, lo que verdaderamente ha encendido los ánimos en el Congreso, fue la extraña presencia del congresista fujimorista Octavio Salazar en el lugar donde precisamente los agentes de la UDEX encontraron los artefactos explosivos.
Además se supo también que en el inmueble de Breña intervenido por la Policía funcionaba un local de campaña de Keiko Fujimori.
Al respecto, el ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe expresó su molestia por este hecho ya que, según dijo, el parlamentario fujimorista habría interferido en la labor policial.
Por todo ello, el vocero de la bancada nacionalista, Josué Gutierrez pidió que Salazar dé explicaciones sobre su presencia en el lugar y qué relación tendría con las granadas aparecidas en varios puntos de la ciudad.
"Tiene que explicar al país quién lo alertó para estar en el lugar si es que era un operativo estrictamente policial. (...) Todos esos puntos tendrán que explicarse en el seno de este Parlamento y tendrán que explicarse al país porque no entendemos la participación del señor Octavio Salazar más aún si días antes en este local donde se han encontrado granadas de guerra ha funcionado el local de Fuerza Popular. (...) ¿Qué vinculaciones tienen con estas granadas dejadas a lo largo de la ciudad de Lima para decir que vivimos en una zozobra y convulsión?".
Como era de esperarse, la bancada fujimorista salió al frente y negó cualquier vinculación con la aparición de las granadas. Es más, el parlamentario Pedro Sapadaro calificó el hallazgo como una cortina de humo del Gobierno para tapar el asunto de las presuntas agendas de Nadine Heredia.
"Todo parecía indicar que se trataba de un psicosocial de este Gobierno en crisis para tapar las agendas de la Primera Dama y creo que no nos equivocamos. Así como este Gobierno sembró yeso en el vehículo de un candidato nuestro a la alcaldía en Barranca, para aparentar que era droga, hoy van a un local que no ocupamos y encuentran granadas para distraer la atención, nos acusan a nosotros. (...) Dejamos claramente establecido que no es un local de Fuerza Popular y que se alquila por temporadas a distintos partidos políticos en campaña electoral".
Por su parte, el ex ministro Octavio Salazar alegó que no interfirió en la labor policial y que luego de conversar con algunos efectivos se retiró. Además, se reafirmó en la teoría del psicosocial del Gobierno.
" Mi rechazo y mi indignación por las palabras vertidas por una persona de escasa moral. ¿Viene a querer darnos clases de decencia? Yo estoy viendo de cerca el problema de las granadas. (...) Hoy a las 11 a.m. me enteré de que había una intervención, llegué al punto, he conversado con algunos efectivos policiales y procedí a retirarme. (...) Yo soy una persona de bien y mi vida siempre ha sido marcada por el honor. Muestro mi rechazo y mi indignación".
Finalmente, queda claro que la guerra entre ambas bancadas está declarada nuevamente. Lo grave del asunto es que en medio de toda esta pelea, hay todo un país asustado por el aumento de la delincuencia.