La crisis migratoria en Europa ha llegado a tal límite que el mundo entero ya es partícipe de las terribles condiciones por las que tienen que pasar los refugiados venidos de África y Oriente Próximo para llegar a sus tan ansiados destinos dentro de la Unión Europea.

Y esos cientos de miles de inmigrantes que buscan salir de sus países llenos de violencia para alcanzar una vida mejor, son el perfecto campo de cultivo para las mafias de traficantes de personas que poco a poco se han ido expandiendo con el avance de las olas migratorias. 

Estos criminales llevan años aprovechándose de la desesperación de los refugiados que darían lo que sea por ingresar a Europa. No les importa ni las condiciones de viaje ni las vidas de las personas, es así que han dejado un mortal rastro de víctimas por todo el Mediterráneo, el Egeo y, ahora último, por el corazón del Viejo Continente. 

Las mafias llevan ya un buen tiempo operando en la zona de los Balcanes, Austria y Hungría. Sus servicios son ofrecidos de manera pública por las redes sociales, pero la forma más utilizada es el contacto directo en algunas de las paradas del 'via crucis' de los inmigrantes. 

Es así que una mañana una familia que acaba de llegar a Turquía es abordada por los delincuentes que prometen llevarlos por 2,000 euros utilizando la ruta oriental que los trasladará desde la zona turca por el Egeo hasta alguna isla cercana griega (punto de entrada a la Unión Europea). 

El camino es tan abrupto y las embarcaciones tan improvisadas que probablemente todos perezcan si una organización de salvaguardia como Médicos sin Fronteras no los rescata antes. 

Esto sin contar que los traficantes no puedan ultimarlos o abandonarlos en plena travesía como sucedió en la frontera entre Hungría y Austria donde 71 personas murieron asfixiadas en un camión frigorífico en plena carretera. 

Y cabe resaltar que el tráfico de personas no se trata solo de una tragedia humanitaria. Es un negocio multinacional. Se calcula que genera unos 650 millones de dólares al año y solo en el 2015 ha introducido unos 35 mil inmigrantes en Europa. Además, como si fuera poco, en los últimos cuatro meses han provocado la muerte de más de 900 personas. 

"Ofrezco Transporte"

Todo se inicia con la desesperación de los migrantes y el ofrecimiento de los traficantes:

'Ofrezco transporte de Belgrado a Viena'. Una primera vista es la salvación para cualquier desplazado que ya ha recorrido miles de kilómetros hasta la ciudad serbia, pasando primero por las fronteras de Turquía, luego por las aguas del Egeo y después por Grecia y Macedonia hasta llegar finalmente a Serbia. 

Ya falta casi nada para llegar a un área segura como es la zona Schengen que empieza en Austria y continúa por Alemania. Y es que el país germano es el destino final de todo migrante que ha huido a Europa escapando de la guerra. Sin embargo, el costo de viajar con los traficantes es, tanto económicamente como en materia de seguridad.

La captura 

Jóvenes serbios transitan entre los refugiados en la estación de Belgrado. Buscan a alguien que pueda leer árabe y hablar inglés para hacerse de un portavoz que, una vez convencido, pueda jalar a unos cuantos más para llenar el camión que esa misma noche partirá hacia la frontera con Hungría. 

Y encontrar inmigrantes que hablen inglés es pan comido para los traficantes puesto que muchos de ellos son bastante jóvenes y tienen niveles de estudios avanzados. Una vez que el intérprete es captado, el delincuente saca su celular donde un mensaje de texto ya está preparado para ser leído: 

"Un camión los llevará desde Belgrado hasta la frontera con Hungría. Allí, y siempre de noche, uno de nuestros hombres los guiará a través del bosque, en un camino de seis kilómetros y aproximadamente tres horas de duración, hasta una zona a salvo donde poder cruzar la frontera en un tramo en el que la valla provisional de Hungría se puede atravesar. Una vez al otro lado, un camión de matrícula europea los esperará para llevaros hasta Viena". 

Las razones

Esta terrible crisis humanitaria que ha desbordado la zona de los Balcanes y ha iniciado su expansión por Alemania es resultado de las guerras y conflictos suscitados en Siria, Afganistán, Irak, Eritrea y Somalia. Y es que la violencia lleva años haciendo que las personas abandonen sus hogares para dirigirse a Europa en búsqueda de una situación más estable. 

Es así que las peticiones de asilo en diferentes países de la Unión Europea han ido aumentando exponencialmente hasta la fecha. Y es este crecimiento junto con la necesidad de los refugiados, lo que hace que las mafias de tráfico humanos fortifiquen sus estructuras de tal manera que las fronteras ya no sean un obstáculo en su negocio.

El aumento de los precios

En el 2014, el viaje de Belgrado a Hungría costaba 200 euros por persona, este año el precio ha llegado a los 1000. En cada camión entran unas 20 personas y se paga por adelantado. Esta última medida se ha tomado luego de que muchos inmigrantes se negarán a abonar al final del trayecto haciendo, muchas veces, que los conductores sean intervenidos por la policía llegando a pagar por su delito con hasta con 8 años de cárcel. 

La principal razón del aumento de los precios no podía ser otra que la excesiva demanda del servicio ilegal.

El caso del trayecto

Los "escapers", nombre generalizado por el que son conocidos los traficantes entre los refugiados, cobran 50 euros por llevar a un inmigrante desde Siria hasta Turquía. Luego de cruzar a pie la frontera, tienen que atravesar por el Egeo desde Turquía hasta Grecia, esto cuesta alrededor de unos 2000 euros. Luego tendrán que ir hasta Serbia por unos cientos de euros más y de allí hasta Hungría por unos 1000 euros. De esta frontera tendrán que transladarse a Viena, Austria para finalmente llegar a Alemania. 

El control de la Policía

Con el avance de las mafias, la Policía europea también ha elaborado más estrategias para dar con los traficantes. Es por ello que últimamente vemos casos de camiones o lanchas abandonadas a su suerte puesto que los delincuentes han dado un paso atrás por miedo a las intervenciones policiales. 

Si por ejemplo se logra capturar a un vehículo de refugiados en Hungría, estos son devueltos a Serbia según la legislación que le permite al país regresar a los refugiados al primer país donde se hayan registrado, que en la mayoría de los casos son Grecia o Serbia. Un traficante serbio anónimo dice en torno a la ruta:

"Hasta la frontera con Hungría no habrá ningún problema, conocemos el territorio serbio a la perfección, las montañas, los ríos, las carreteras... Pero una vez en Hungría o en Austria es todo cuestión de suerte. Hay que confiar". 

Esa 'cuestión de suerte' es la razón de las muertes de miles de inmigrantes que a pesar de que conocen medianamente bien los riesgos, deciden embarcarse en la travesía que podría cambiar sus vidas o bien arrebatárselas en un abrir y cerrar de ojos. 

(Foto de cabecera: panorama.com.ve)