Después de la gran polémica desatada a nivel mundial por la muerte de Cecil, el león de Zimbabwe que fue asesinado por un cazador estadounidense, el debate sobre la caza se ha puesto en el foco de la atención. 

Sin embargo, cada vez que hablamos del tema, nos situamos en la sabana africana y no consideramos qué otros lugares están siendo escenarios de este terrible deporte. 

Y es que hay un nuevo destino favorito de los cazadores norteamericanos: Irán. 

Este país, tan distanciado irónicamente de todo lo estadounidense por las debilitadas relaciones diplomáticas en las últimas tres décadas, emite cada año, a través de la Agencia de Protección Ambiental, unas 500 licencias para visitantes extranjeros que deseen cazar animales raros y protegidos. 

El comienzo

Hace 10 años, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, dio luz verde a las agencias estadounidenses para reservar tuors de caza en Irán. 

Inclusive en los momentos de más tensión entre ambos países, los cazadores se aglomeraban en las montañas y valles iraníes en busca de gacelas, íbices y uriales transcaspianos, una rara especie de oveja que solo puede cazarse de manera legal en este país.

El negocio y su perjuicio a la biodiversidad

En Irán hacer de la caza una empresa rentable es viable. 

Los extranjeros pueden llegar a pagar hasta 15 mil dólares para cazar un urial transcaspiano y hasta 20 mil, para cazar una rara especie de oveja llamada muflón asiático. Cifras nada despreciables para la economía india. 

Cabe resaltar que Irán es el hogar de una vida silvestre muy diversa. Se puede encontrar desde osos, hasta focas y serpientes muy raras. Sin embargo, la urbanización y la caza están atentando de manera grave contra esta maravillosa diversidad. 

En la actualidad, 120 especies iraníes se encuentran en la lista de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Naturaleza. Entre las más conocidas podemos encontrar al leopardo persa y al guepardo iraní, de estos últimos solo quedan 50.

Conciencia animal

El presidente Hassan Rouhani, ha puesto este tema del medio ambiente dentro de las prioridades del país y ha creado una mayor conciencia ambiental en la población. 

Es así que los guardaparques iraníes, han aumentado en los últimos años, así como las iniciativas para enseñar a las comunidades a vivir de manera armoniosa con la vida silvestre. 

A pesar de ello, esto no se ha visto reflejado en un cambio en la legislación. 

Las licencias

Debido al poco presupuesto, las licencias de caza son una fuente de ingresos importante para la Agencia de Protección Ambiental. Sin embargo, muchos ambientalistas afirman que hay corrupción en torno a cómo se gasta este dinero.

Las relaciones diplomáticas y el peligro que significan

Después del acuerdo nuclear, ha habido una mejora en las relaciones entre Estados Unidos e Irán. Esto puede ser un arma de doble filo para la biodiversidad iraní pues el porcentaje de turistas podría aumentar y con él la llegada de cazadores. 

(Foto de cabecera: fotonatura.org)