En las últimas semanas el tema de la violencia contra los animales se ha puesto en el ojo público más que nunca. Y es que la muerte de Cecil ha indignado a todo el mundo. 

Era la historia perfecta para sensibilizar: un indefenso felino libre en un parque de conservación africano y el antagonista, un desalmado cazador que pagó miles de dólares para matar al león y llevarse su cabeza como trofeo. 

Las reacciones en los medios tradicionales y redes sociales no se hicieron esperar e inundaron la opinión pública de críticas a la caza. Sin embargo, ¿puede llegar a tocarnos más la muerte de un solo león que el asesinato de miles de personas en todos los conflictos en el mundo?

Según Francisco Estupiña, psicólogo y secretario de la Sociedad Española de Psicología Clínica y de la Salud, hay bases empíricas para explicar esta extraña dicotomía de los sentimientos. 

Empatía animal

El primer argumento, según el psicólogo, señala que hay una mayor preocupación por el bienestar de los animales. Es por ello que se ha propagado moderadamente nueva tendencia de la "empatía animal". En este sector podemos encontrar a los vegetarianos, a los grupos en contra de las corridas de toros o los que están en contra de la experimentación animal

Medios de comunicación

La exposición y frecuencia de noticias en los medios de comunicación también es un factor que influye en nuestras emociones según el especialista. 

“La habituación afecta a la sensibilización. La noticia reiterada deja de tener la misma capacidad para impactar. La estructura y los contenidos habituales en los medios de comunicación nos acostumbran a las desgracias humanas. La gente come mientras escucha esas tragedias sin darle demasiada importancia, y enseguida pasa a los deportes. Una noticia como la del león no es una historia a la que el gran público está habituado, por lo que la respuesta emocional también es diferente”.


Contexto histórico

Para el psicólogo Eparquio Delgado, la historia de una sociedad y sus costumbres también son razones que podrían justificar la empatía:
“La historia de Cecil no sería noticia, por ejemplo, si viviéramos en una tribu o en la selva y los leones fueran los que nos roban la comida o nos matan. En ese contexto, matar a un león sería una heroicidad. Pero cuando alguien va con alevosía y paga por matar a un ejemplar reconocido como una pieza de trofeo, eso se ve como algo muy injusto”.

Seres indefensos

Una investigación realizada por un grupo de sociólogos norteamericanos, estudió el impacto emocional de cuatro situaciones diferentes. Las víctimas eran un adulto, un bebé y dos animales. Los resultados indicaban que se sentía más coléra y lástima por los tres últimos. Según Delgado, esto se puede deber a la situación de desamparo de las víctimas:

"Cuando vemos una noticia como la de Cecil pensemos que el león es un ser indefenso absolutamente entregado a los deseos de la figura poderosa del cazador. Cuando se trata de muchas personas que mueren en un conflicto, a veces interpretamos que esas personas están ahí porque quieren, pues tienen forma de escapar".

Diferentes especies, diferentes sentimientos

Muchas películas, documentales y libros nos muestran una versión humanizada de algunas especies. Las predilectas son el león, los perros, los lobos, entre otras especies. Delgado dice al respecto:

“Cuando se habla de leones, mucha gente ve a Simba, de El Rey León, un felino con identidad, con sentimientos y un papá. De modo que la caza también puede interpretarse como asesinato".

Por otro lado, las condiciones en las que una persona se cría, también influyen considerablemente. Un hombre que creció en el campo no va sensibilizarse tanto con la muerte de una gallina, como un citadino.

Obama y la mosca

El presidente Obama mató a una mosca durante una entrevista. Al día siguiente la PETA emitió un comunicado diciendo que se debían proteger a todas las especies, incluidas las moscas. Nadie le dio mucha importancia, hecho que hubiera sido diferente si se hubiera tratado de un perro.

Es así que hay especies más "tiernas" que nos tocan más como los bebés de león o los osos panda. Sin embargo, si vemos a una larva de efemeróptero, en peligro extinción, no nos conmovemos ni un ápice.

El Facebook

Las redes sociales son otro factor muy importante a tener en cuenta. El hecho de que Facebook exista ya supone una rápida adhesión a los movimientos en los que se registran firmas y otros actos de militancia. Según Estupiñá, es válido hablar de un drama en redes:

"La expresión de solidaridad cuesta unos segundos para darle al like y compartir. La empatía es muy fácil de demostrar, pero no es una acción. ¿Hasta qué punto ese impacto supone una diferencia en el comportamiento de las personas? Alguien puede que diga en las redes que la historia de Cecil es terrible y dos semanas después coma antílope en un restaurante de carnes exóticas y no le parezca contradictorio”.

(Foto de cabecera: t13.cl)

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