Con un discurso apagado y lleno de cifras, Ollanta Humala inició su último año de gestión presidencial. El mandatario, en poco más de una hora, optó por defender los pocos logros de su gestión y evitar cualquier confrontación con sus rivales políticos. Una diferencia notable de su primer discurso (allá por el 2011) cuando se le veía decidido a emprender reformas profundas para el país. De ese Humala ya no queda nada.
La República resume con una pequeña pero contundente frase el mensaje presidencial: Sin pena ni gloria. En realidad, estas palabras caen como anillo al dedo a los cuatro años de gestión de Ollanta Humala y̶ ̶N̶a̶d̶i̶n̶e̶ ̶H̶e̶r̶e̶d̶i̶a̶. A pesar de ello existen políticas que se pueden rescatar, especialmente en los sectores educación y desarrollo social.

El Comercio prefiere enfocarse en los vacíos que tuvo el presidente. En el tema de seguridad ciudadana, por ejemplo, el jefe de Estado no dijo nada sustancioso. Y sus ministros tampoco. Ellos prefirieron tomarse 'selfies'. Total, el gobierno... ¡ya fue!

Perú 21 llena su portada con las palabras presidenciales. Estas solo se tradujeron en buenas intenciones y durante cuatro años se gobernó en piloto automático. Con ello Humala ha logrado algo impensable en el 2011: parecerse a Alejandro Toledo y Alan García. Triste final.

Diario 16, en cambio, se pone el polo blanco (¿o era rojo?) y trata con guantes de seda al gobierno. El diario, lleno de optimismo, prefiere ver el vaso 'medio lleno'. ¿Espíritu Marca Perú?
