Como personajes, las colegialas japonesas están en todos lados: cómics, películas, música y publicidad. Pero esta cultura ha dado un giro oscuro y perverso. El periodista Simon Ostrovsky, de Vice News, fue hasta el barrio de Akihabara en Tokio, el centro de la cultura de las colegialas japonesas, conocida también en este país como 'JK'. Ahí pudo comprobar la situación de riesgo en la que se encuentran las colegialas que son alquiladas para que conversen, paseen o, en el peor de los casos, tengan sexo con adultos.

El periodista Ostrovsky se paseó por el barrio donde se alquilan a estas niñas o adolescentes, quienes están vestidas con su ropa de colegio y ofrecen sus servicios de compañía en las calles. Fue a un concierto de banda de colegialas, donde asisten hombres adultos para, luego del show, conversar con ellas, darles la mano y tomarse fotos con ellas. De eso a otro tipo de contacto es una delgada línea que puede ser cruzada fácilmente yendo a otra zona del barrio. También fue a una de las cafeterías donde se alquilan por horas a las adolescentes. Ahí pudo conocer cómo las colegialas pasan de ser alquiladas para conversar y caminar con adultos a ser obligadas a prostituirse.

Como señala el periodista Jake Adelstein, quien tiene años estudiando esta problemática, esta práctica de trata de personas se inició en los años noventa, cuando se usaba el término "enjo kosai", que significaba "cita compensada".

'Ozan' es el nombre que se le da a las caminatas de adultos con colegialas. Esto conlleva graves riesgos. No todo termina con la caminata o la charla. "Hay una zona gris. Con el 'ozan', hay muchas oportunidades para que esto se convierta en algo desagradable. Es una oportunidad de negocio y puede ser una forma de trata de personas. Son focos de prostitución", señala Adelstein.

Ante esta grave situación, han surgido organizaciones y personas que defienden a estas niñas. Yumeno Nito ha rescatado a más de 100 mujeres de la trata de personas. Ella tiene claro cuáles son las causas y la solución de este fenómeno. "Este problema no se desaparecerá hasta que los hombres que compran y venden desaparezcan", afirma.

¿Qué hace el gobierno japonés? El reportaje de Vice News da cuenta de una situación de abandono. No hay seguridad ni autoridades en esas calles que hagan algo para evitar que esas niñas sean alquiladas. Adelstein señala que el gobierno japonés debería tomar medidas y ser coherente al haber firmado la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ser miembro de la ONU y haber aceptado el Protocolo de Palermo contra la Trata de Personas. "Lo que le pedimos a Japón es que cumpla con los acuerdos internacionales que ha firmado y publicitado. Por lo menos, los políticos profesan que quieren igualdad entre hombres y mujeres. No creo que estemos imponiendo valores puritanos a Japón, solo le estamos diciendo si de verdad creen lo que dicen en lo que respecta a derechos humanos", afirma.

Para entender mejor a la sociedad y cultura japonesas, Adelstein señala:

"Esta sociedad es una de las más misóginas y sexistas del mundo. Nadie quisiera ser mujer aquí".

Esperemos que el 'JK' o el 'enjoi sai' no formen parte de la cultura japonesa que se importa al Perú.

Anteriormente, la BBC publicó un reportaje sobre el 'enjoi sai' que también compartimos:


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