Los pecados del hijo los paga el padre. El progenitor de Adriano Pozo Arias dio (finalmente) la cara por él e intentó explicar el brutal y cobarde ataque de su hijo a su exenamorada Cindy Arlette Contreras Bautista en un hotel de Ayacucho, hecho que ha sido catalogado como un nuevo caso de violencia de género y por el que se espera que al agresor le caiga todo el peso de la ley.
En declaraciones al programa Reporte Semanal, el regidor de la Municipalidad Provincial de Huamanga explicó que Adriano padece de trastorno límite de personalidad -también conocido como borderline- y pidió que lo comprendan debido a que no se encontraba en sus cabales en el momento del hecho:
"Adriano es un muchacho borderline, ha estado en tratamiento desde el año pasado. Por eso vino a estar cerca de mí, Ayacucho es más tranquilo. Pero conoció a esta señorita y su vida cambió. Ella presionaba para que haya dinero, reuniones. Él iba a terapia una vez por semana".
De acuerdo con el concejal, Adriano -para quien el que el Ministerio Público de Ayacucho ha solicitado prisión preventiva por nueve meses- se encuentra abatido por lo ocurrido y que su reacción agresiva se habría originado por su desequilibrio mental, que se agravó por el alcohol que consumió en una fiesta de cumpleaños de un familiar a la que asistió con la joven de 25 años.
Según la versión de su padre, Adriano Pozo, no supo cómo sobrellevar que Contreras Bautista lo llamara por el nombre de una expareja suya hasta en dos ocasiones, y que por ello la atacó de forma violenta en el lobby del hospedaje sin importar que se encontrara desnudo:
"[Adriano] está silencioso. Vio las imágenes, pero dice que no se acuerda. No concibe cómo pudo lastimarla. [Dice que a Cindy] la sigue amando, pero está cambiando la sensación porque ella le sigue haciendo daño".
El regidor de Huamanga aseveró que no justifica la actitud de su hijo, pero que lo apoyará así este se haya equivocado. No obstante, deslizó parte de la culpa en la víctima, de quien dijo que habría provocado esta situación "quizás con la intención de buscar un pago".
"Ella trabaja en una agencia de anfitrionas, por eso siempre está buscando imagen, que su imagen se venda", refirió, al tiempo que lamentó que Cindy Contreras afirme que él quiso comprar el silencio de los testigos de la agresión.
¿Busca el concejal que su hijo evite ser juzgado por el trastorno límite de personalidad que padece, el cual parece no activarse cuando se ufanaba con prepotencia de la supuesta influencia de su padre ante unos serenos?
Hay que recordar que los inimputables son aquellos con trastornos mentales severos como la esquizofrenia. Los borderline no figuran dentro de dicha catalogación, así que no existe ningún impedimento para que Adriano Pozo Arias sea procesado y condenado por este repudiable hecho.
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