La espectacular fuga de 'El Chapo' Guzmán, hace una semana, de la cárcel mexicana de máxima seguridad El Altiplano fue una de las noticias que más impacto provocó en el mundo, no solo por la forma en que lo hizo, sino también porque puso en ridículo al gobierno de Peña Nieto e incrementó la leyenda en torno suyo. La huida, digna de Hollywood, generó más de 2.5 millones de tuits en un día.
Pero, ¿quien es Joaquín Guzmán Loera? El diario El País de España difundió un informe psicológico de 2005 elaborado por la Procuraduría General de la República de México que, en el práctica, es la radiografía más completa y precisa que se hizo del mítico narcotraficante y hoy el prófugo más célebre del mundo.
El documento es contundente: revela la mente asesina y acomplejada del 'Chapo', quien mata con una facilidad muy pocas veces vista. Dispara cuando más daño puede causar. Es decir, es un animal frío y calculador que ama, por encima de cualquier otra cosa, el poder.
¿Y cuál es su principal temor? Perder la libertad. De ahí se explica esa habilidad de Houdini que lo hace unos de los delincuente más escurridizos de la historia moderna. Es un ser contradictorio, porque ama la muerte pero odia que dañen a su familia.
La insania de Guzmán Loera surge de una profunda frustración: nació en las montañas de Badiraguato (Sinaloa) en 1957 y creció en medio de la miseria y la violencia. Su padre lo maltrataba y él sufría en silencio por su baja estatura (de ahí el apelativo de 'Chapo', que significa corto).
El informe que contiene su perfil sicológico señala que el líder del cártel de Sinaloa es un volcán de resentimientos que, a diferencia de la mayoría de sus pares, canalizó su agresividad con una “alta capacidad de reacción racional”:
“Es tenaz y su sentimiento de inferioridad se refleja en una expresión de superioridad intelectual y de ambición desmedida por el poder. Tiene necesidad de liderazgo, controla el entorno y es obsesivo, pero mesurado en sus actos vindicativos”.
El Chapo no siente remordimiento cuando mata. Según el documento, se ve a sí mismo como un “líder con buenos sentimientos” y como un protector de los desvalidos. Por ello quizá en su tierra es reverenciado como un señor feudal, es decir, tiene la imagen de bandido bueno, como en su tiempo lo fue Pablo Escobar.
“Es seductor, espléndido, genera sentimiento de lealtad y dependencia hacia su persona. Pero no es indulgente con sus detractores, y no vacila en romper alianzas. Cumple compromisos, pero también sus venganzas, empleando cualquier método violento si se siente amenazado”.
Su historia en buena cuenta es una cartografía del México desbordado por la violencia de las drogas que conocemos hoy, una historia que comenzó a escribir en 2003, cuando convocó a una 'cumbre' en Cuernavaca con los 25 capos más importantes del país.
En medio de la vorágine de muerte y horror que se desató a partir de ahí, alcanzó un control masivo del mercado internacional de la droga: su red operaba en 20 países a través de 300 empresas y encabezaba el mercado de la cocaína, la marihuana y las metanfetaminas. Su poder e influencia se extendía desde el Pacífico al Atlántico.
DISCRECIÓN Y EXCENTRICIDAD
Con una fortuna valorada en más de 1.000 millones de dólares, el Chapo es un capo despiadado, pero discreto y poco dado a la ostentación. Y aunque a priori parezca contradictorio, el jefe del Cártel de Sinaloa también era excéntrico.
Las imágenes que mostramos a continuación muestran que Guzmán mantenía una vida de rey, que fue interrumpida por unos pocos meses en prisión. Ahora volverá a su rutina, aunque más oculto:
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