El presidente de EEUU, Barack Obama, urgió hoy al Congreso de su país que evalúe el acuerdo con Irán sobre su programa nuclear "basándose en los hechos y no en la política".

En realidad, la conferencia de prensa de hoy marca el inicio de lo que será una dura batalla política en el Capitolio para aprobar el acuerdo. Los ojos de toda la comunidad internacional estarán puestos ahora hacia el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

Obama además se juega parte de su credibilidad por dos razones: I) debe convencer a sus compatriotas de que el acuerdo con Irán es "una oportunidad histórica para un mundo más seguro" II) y, a la vez, combatir el argumento republicano de que se trata de una capitulación y una traición a sus aliados.

Para este objetivo, la estrategia del presidente de EEUU parece que girará en torno a subrayar que ese acuerdo es "el mejor para asegurarnos de que Irán no tiene la bomba nuclear"

De hecho, a ello apeló en la rueda de prensa que encabezó este miércoles:

"Mi esperanza es que todos en el Congreso evalúen este acuerdo basándose en los hechos, no en la política, no en las apariencias basadas en las presiones, sino en los verdaderos intereses de Estados Unidos. Basado en eso, la mayoría del Congreso debería respaldar este acuerdo".

¿LO LOGRARÁ?

Obama fue claro al señalar que vetará cualquier texto que se oponga al acuerdo, porque sabe que este puede ser su mayor legado en política exterior. El Congreso de EUU necesita una mayoría reforzada de dos tercios para oponerse al veto presidencial. 

Según las primeras impresiones del Congreso recogidas por la prensa de Washington, hay un escenario de veto, que mantenga el acuerdo pero lo deje muy débil como activo político.

Obama reconoció que no espera que la oposición republicana respalde el acuerdo, aunque sí dijo esperar un "debate basado en los hechos y no en la especulación".

Incluso, el presidente admitió que es posible que Irán "quiera hacer trampa", pero aseguró que el acuerdo permitirá al gobierno estadounidense incentivar cambios en el comportamiento de ese país.  Por ello sostuvo que son "reales y legítimas" las dudas que tiene, por ejemplo, el Gobierno de Israel, uno de los grandes opositores al acuerdo.

"Hay muy buenas razones para que los israelíes estén nerviosos por la posición de Irán en el mundo, pero también digo que todas esas amenazas se agravarían si Irán logra un arma nuclear".

En tono de alegato, Barack Obama insistió en que, más allá de las dudas y resistencias al acuerdo con Irán, "nadie ha presentado una alternativa" que siente las bases para, en el futuro, desactivar el mayor foco de conflicto de la región más volátil del mundo.

"Se escuchan muchos argumentos sobre que el acuerdo es históricamente malo, pero lo que no he oído es cuál es su alternativa mientras el 99 % de la comunidad internacional asegura que esto evitará que Irán logre un arma nuclear. Si tienes objeciones al mismo deberías tener una alternativa. Pero en realidad solo hay dos alternativas, o se resuelve por la diplomacia, o por la guerra".

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