Sí, la foto puede ser graciosa. Pero una foto es una foto y, ya sabemos, se puede prestar a muchas malas interpretaciones. Sobre todo gracias a las siempre ligeras redes sociales que se encargan de sobredimensionarlo todo (¿recuerdan el furor por la supuesta foto trucada de Castañeda Lossio, que en realidad era real?). 

Otro de esos casos de distorsión por la imagen ocurrió ayer cuando el presidente Evo Morales recibió al Papa Francisco en su país con un regalo especial: una cruz de madera en forma de hoz y martillo.

Y así internet explotó.

"La cruz comunista" fue el primero de muchos comentarios que se soltaron, tildando a Morales de propagandista, de cuestionarlo por mezclar su ideología con la religión, de que se haya olvidado de sus críticas a la Iglesia Católica.

PERO RESPIREMOS UN POCO

El problema radica es que, seguramente, la gran mayoría se detuvo en la foto y no en la letra. Todas las informaciones explicaban que el regalo era la réplica de una cruz hecha por el sacerdote jesuita español Luis Espinal Camps, quien fue torturado y asesinado por paramilitares en La Paz en 1980 por denunciar la violencia política en el país.

No es, pues, "una cruz comunista".

La hoz y el martillo representan la unión de los trabajadores y de todas las clases sociales. No hay que ser comunista para eso y tampoco hay una "contradicción" en abrazar el catolicismo y las ideas de igualdad.

¿Un ejemplo? La teología de la liberación impulsada por el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, quien el año pasado fue recibido por Vaticano como una muestra de apertura y reconocimiento

¿Otro ejemplo más? El monseñor Óscar Arnulfo Romero, un histórico defensor de los derechos sociales en El Salvador (y que, por cierto, también murió asesinado, apenas dos días después que Luis Espinal Camps), que hace muy poco el Papa Francisco beatificó a Romero.


Y NO, EL PAPA NO SE INCOMODÓ

Y aunque la expresión de Francisco en las fotos pueda ser de sorpresa o consternación, el Vaticano se ha encargado de desmentir a todos los jueces de la imagen de Facebook y Twitter.

"El papa no ha tenido una particular reacción a esto y ni me ha dicho que manifieste particular reacción negativa a esto", aclaró el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi.

"Esta cruz no tenía una significación ideológica particular y su deseo de todos por el empeño por la liberación y el progreso del país", agregó, así como rechazó las críticas de varios opositores del gobierno que consideraron "vergonzoso" el obsequio.

Entonces que quede claro: no hablamos de un fanático marxista, sino de un martir de la iglesia.

Mejor vayan borrando sus tuits.


(Con información de EFE.)


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