-Usted tiene obras con el gobierno y Petrobras. ¿Quiere seguir teniendo?
Esta fue la pregunta del millón (mejor dicho de los millones) que le hicieron Ricardo Pessoa, dueño de la constructora UTC, quien negoció un acuerdo de delación con las autoridades judiciales brasileñas para convertirse en un colaborador eficaz en el caso Petrobras,
Las declaraciones de este empresario -a las que tuvo acceso la revista Veja-, en el marco de las investigaciones anticorrupción denominadas 'Lava Jato', las mayores en la historia de Brasil, podrían incluso provocar la vacancia de la presidenta Dilma Rousseff.
¿El motivo? Pessoa declaró que entregó para la campaña de Rousseff 7.5 millones de reales de un total de 10 millones ofrecidos. El empresario precisó que su contacto con la campaña de la hoy mandataria fue Edinho Silva, actual ministro de Comunicación Social. Él fue el autor de 'la pregunta de los millones'.
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Pero las 'colaboraciones' vienen de más atrás. Pessoa aseguró que está en condiciones de demostrar que entregó 2.4 millones de reales en efectivo para la campaña del expresidente Lula da Silva, antecesor de Rousseff, ambos del gobernante Partido de los Trabajadores.
Vacar o no vacar
Por estos días, la popularidad de la mandataria brasileña está por los suelos. Según Ibope, solo un 9% de sus compatriotas la aprueban. Un panorama opuesto al de hace un año, cuando más de la mitad de los brasileños (53%) la respaldaba. La corrupción y la crisis económica cavaron un pozo muy hondo.
Ahora, con las pruebas que pueda presentar Pessoa, la posibilidad de la vacancia presidencial cobra fuerza.
Por lo pronto, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) -que postuló en las últimas elecciones a Aecio Neves- pidió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que abra una investigación sobre la campaña de Rousseff.
La solicitud fue aceptada y el órgano electoral pidió al juez Sergio Fernando Moro, a cargo del megajuicio de corrupción conocido como 'Lava Jato' (que involucra la adjudicación de obras con la Interoceánica)- que Pessoa pueda declarar en el proceso.
El magistrado respondió que la decisión depende del Supremo Tribunal Federal, que dio 'luz verde' al acuerdo entre los procuradores y el empresario constructor.
Por lo pronto, y a pesar de los esfuerzos del Partido de los Trabajadores (PT) por impedirlo, Pessoa fue citado a declarar el 14 de julio por el TSE. Con ello, además, la posibilidad de un juicio político a Dilma Rousseff ante el Congreso (Impeachment) -tanto por los casos de corrupción de Petrobras como por la investigación del Tribunal de Cuentas (por ocultar cifras de gasto del gobierno)- se hace más fuerte.
¿DE QUÉ DEPENDE LA CAÍDA DE ROUSSEFF?
El futuro de la mandataria carioca no solo depende del Poder Judicial. Su caída en las encuestas, la crisis económica y los destapes de corrupción, han despertado un pequeño Juego de Tronos en la clase política brasileña.
Neves ya expuso sus dudas sobre la capacidad de Rousseff para seguir al frente de Ejecutivo. Su partido político podría llegar a un acuerdo con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), poderoso aliado del oficialismo, cuyo líder, Michel Temer, es vicepresidente del país.
Si Rousseff cae, asumiría Temer, salvo que las investigaciones revelan que este también se benefició de fondos de Petrobras para su campaña electoral.
En tanto, José Eduardo Cardozo, ministro de Justicia, está con las manos atadas. El PT lo presiona para que controle las investigaciones de la Policía Federal, pero no puede porque esta institución solo depende su sector en lo administrativo, es decir, es autónoma en lo funcional, y puede traerse abajo al gobierno de Rousseff si quiere.
Es más, ña Policía Federal ya lanzó una advertencia a través de su director, Leandro Daiello, quien dijo que no se prestará a ningún juego político: "El ministro tiene conocimiento de una investigación el día en que la operación fue desencadenada".
DILMA RESPONDE
Rousseff no piensa dejar el poder, por lo menos no voluntariamente. A raíz de un columna de Ricardo Noblat (puedes leerla aquí), publicada en O Globo, en la cual se pronostica que la mandataria no termina su mandado. Incluso dice que no pasa de octubre.
La jefa de Estado no se quedó callada y salió a responder:
"No voy a caer. No lo haré, no lo haré. La política es una lucha. [...] Si hay algo a lo que no le tengo miedo es a eso (al golpe de Estado). [...] Yo no me maté en el momento en que estaban tratando de matarme en la cárcel (durante la dictadura). ¿Por qué voy a hacerlo ahora?".
