Grecia afronta el referéndum de este domingo, en medio de campaña marcada por la polarización y bajo la presión del corralito.
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Dos concentraciones multitudinarias, una por el "Si" y otra por el "No", en el centro de Atenas, cerraron la etapa previa a la votación, con la sensación en ambas de que, más allá del resulta del proceso, que no está claro, lo que está en juego es el futuro de Europa.
Dos escenas grafican lo que vive Grecia a horas de la votación: mientras en la la plaza Syntagma, el primer ministro Alexis Tsipras, pedía a los ciudadanos decir "No" a los "ultimátum" y al "miedo", con un mensaje de "dignidad", un poco más allá , en el estadio olímpico de Atenas, el alcalde independiente Yorgos Kaminis hacía campaña por el "Sí".
En tanto, la crisis de la deuda soberana en Grecia llegó a su punto más álgido luego de que el este país no lograra pagar el 30 de enero pasado los 1.6 mil millones de euros al Fondo Internacional Monetario (FMI), una cifra que, pese a ser enorme, de pagarse, no acabaría con el problema: Grecia acumula otras deudas con otras instituciones bancarias.
Tradición y resistencia
Este domingo, los griegos decidirán en referéndum si aceptan o no las nuevas condiciones para el rescate financiero propuesto por la Unión Europea. La troika, que representa a Europa en sus relaciones con Grecia, cerró los bancos y realizó diferentes acciones, posiblemente con el fin de influir el resultado de la votación.
Y aunque nadie se atreve a pronosticar un resultado, para entender mejor el sentir de un pueblo como el griego, quizá valga la pena recordar el vínculo especial que hay entre los griegos y la palabra "Óxi", que significa "No" en castellano.
Para ello basta anotar que el "No" tiene hasta una fecha. Su día es una fiesta nacional que se conmemora todos los 28 de octubre. ¿El motivo? Un día como ese, pero en 1940, la Italia de Benito Mussolini le hizo llegar un ultimátum al gobierno de Ioannis Metaxas.
Metaxas respondió al ultimatum italiano con un simple "No", según cuanta la leyenda. Grecia debía permitir a las fuerzas del Eje, que lideraba Alemania, ocupar posiciones estratégicas en su territorio o habría guerra.
Se cuenta que el gobernante de facto griego respondió lacónicamente: "Entonces, habrá guerra". Pero la leyenda popular señala que Metaxas simplemente contestó: "όχι". "No".
Mijalis Kosmides, periodista griego basado en Londres, hace referencia a este hecho histórico en el contexto actual que vive su país. "La rebeldía y la capacidad de resistencia ciertamente son vistas como señas de nuestra identidad nacional", le dijo a la BBC Mundo.
Así, muchos griegos ven en las exigencias de sus acreedores –que los votantes deben aceptar o rechazar el domingo– una nueva historia de arrogancia extranjera y una inaceptable intromisión.
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