El 19 de mayo un operativo policial, en conjunto con un personal de seguridad contratado, logró desalojar a cientos de personas que invadieron una zona arqueológica protegida por el Estado. Haya sido esto como consecuencia de las promesas del alcalde de Villa María del Triunfo, Carlos Palomino, o del sempiterno negocio informal de la oferta de lotes sin servicios, un sector del área que fue invadida está, en la actualidad, siendo trabajada por arqueólogos, quienes han visto en dicho yacimiento una posibilidad para comprender un periodo esencial en la sociedad de los arcaicos y ahora subterráneos peruanos.
Algunos de los yacimientos tienen más de 8000 años. Este conjunto de "sitios son muy importantes para entender cómo ocurrió después la sedentarización", sostiene el investigador Krzysztof Makowski. Y es que entre los cerros el Mirador, Castilla y Tres Marías, se encuentra un área que fue "campamentos de recolectores y cazadores", antigua zona boscosa que estuvo, cuenta el también profesor de la PUCP, poblada alguna vez de venados y guanacos.
Espacio de formación de arqueólogos, museo de sitio, lugar de visita para niños y, en general, para los vecinos, y es, también, patrimonio natural (las Lomas de Atocongo). Bajo esa superficie con distintas funciones vitales, los arqueólogos han encontrado, aparte de los campamentos mencionados, dos cementerios "quizá los últimos no destruidos por el hombre recientemente, sea por huaqueos, o por la invasión urbana".
Según Makowski, quien fue entrevistado en la Hora N, la información que se puede concluir de las investigaciones en esos dos cementerios clarificaría la estructura social de los peruanos que utilizaron esas fosas. De entre las cosas que se han concluido, cuenta el investigador, es que fue una sociedad "estratificada de parentesco, con linajes con diferente posición política; y es, por lo menos del punto de vista arqueológico, la primera sociedad que pertenece claramente a una cultura guerrera", dice.
Hace ocho mil años, post Chavín, pre cultura Lima, algunos de estos sitios ayudarían a explicar la "profundas transformaciones que hacen posible después la formación de estados prehispánicos".
Es claro que el Estado debe seguir velando por la integridad de estos espacios esenciales. El 19 de mayo no fue una intervención tardía la de la policía. Más bien, sigue haciéndose tarde la inexistencia de políticas públicas de acceso a la vivienda, propuestas accesibles para los peruanos que siguen soñando con su casa o espacio propio. Quizá con ello se esté protegiendo de alguna manera otros sitios que deben seguir vivos.
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