Post: "El Segundo Juego": De cómo el fútbol y el comunismo convergieron en Rumania

En muchas oportunidades se alaba el cine por su gran producción y costo de inversión, sin embargo, existen otras formas de proponer buenas historias, realmente arriesgadas, sin necesidad de usar grandes cifras. Del bando de las últimas llega a nosotros “El Segundo Juego”, una propuesta de las más aventuradas que pueden haber pasado por las salas de cine en Lima, y no vería otra forma de que llegase si no fuera de la mano del Festival del Este de Lima.

Corneliu Porumbioiu propone una lectura detrás de lo que pareciera un simple partido de fútbol, que en éste caso es el derby de Rumania, allá en el año 88. De formas caseras, la película presenta el archivo completo de la transmisión de televisión nacional, acompañado con el audio de la entrevista al árbitro de dicho encuentro, Adrián Porumbioiu, quién además es padre del director.

El ritmo del encuentro, largo y pausado, nos referencia al estilo cinematográfico de director, esto se puede apreciar en sus anteriores entregas como "Police, Adjective" o "12:08 al este de Bucarest", además de siempre incluir el tema político. Esta no es la excepción, pues el partido presenta una densa nieve que no solo cubre el campo deportivo- y las habilidades que puedan tener los futbolistas- sino también un segundo juego, como el título afirma.

Los comentarios del árbitro dejan tejer una trama encubierta: el momento socialista-comunista de Bucarest, que nos esconde mediante una tercera cámara los actos antideportivos de los jugadores, el previo intento de soborno al juez del encuentro, la federación que hace caso omiso a las denuncias, los militares y policías encubiertos, y más historias que nos plantean un segundo juego que empezó mucho antes del derby, y que terminó un año después, con la revolución que derrocó a Nicolae Ceauşescu.

Sin embargo, la película también reflexiona sobre la evolución que ha tenido el deporte rey, tanto en las reglas como en las estrategias de lo mismos equipos. Ya han pasado más de 20 años desde dicho partido y el propio Adrián acepta que muchas de las decisiones pudieron ser mejor tomadas hoy, a pesar de sentirse orgulloso por el gran arbitraje que hizo, a sabiendas del peligro que corría.

Otro tema que aporta al desarrollo del documental, es no poseer marcador, ni cronómetro de juego. Un número que señala cuanto tiempo ha transcurrido aparece esporádicamente y se desvanece, logrando generar una ansiedad en el público que se va incrementando conforme el objetivo del partido, marcar un gol, no se concrete. Gran acierto del director.

Así la sala de cine termina por convertirse en una quinta tribuna que observa dos disputas, la que transcurre en el campo, y la segunda, entre padre e hijo, que desde un inicio no concuerdan en las impresiones que tienen sobre los distintos elementos que comprenden el derby. No nos queda más que esperar el minuto 90 para presenciar, y disfrutar, el estupendo desenlace de estos dos encuentros en vivo.