Las distintas versiones que ha dado el gobierno en muchos de los incidentes ocurridos en torno al proyecto Tía María levantan muchas dudas. Tras la muerte del poblador Ramón Colque Vilca durante las protestas, lo primero que se dijo fue que no recibió ningún disparo. El ministro del Interior José Pérez Guadalupe aseguraba que su cuerpo no tenía perforación alguna y el titular de Justicia, Gustavo Adrianzén, informó que había muerto de una pedrada.
Pero ayer se desmintieron ambas versiones con la necropsia realizada al cadáver de Colque Vilca -el cuarto fallecido por el conflicto-, pues el informe aseguraba que el manifestante "murió por una hemorragia torácica interna, tras recibir un impacto de bala".
Ahora, quizá presionado por el informe que lo desmentía, Pérez Guadalupe ha vuelto a dar otra versión de los hechos, esta vez basándose en la pericia balística del proyectil que se halló en el cuerpo de la víctima.
"Lo que encontramos es un perdigón de plomo con baño electrolítico de cobre. Esa no es una munición que use la policía, lo tenemos confirmado. [Esos proyectiles los usan] un grupo de delincuentes llamados 'espartambos' que piden cupos y disparan con armas hechizas".
Pérez Guadalupe agregó que esta mañana se ha detenido a seis personas, aparte de las otras seis detenidas ayer en medio del estado de emergencia decretado el viernes. Informó que se trata de 'huaraqueros' plenamente identificados.
¿En medio de tantas idas y venidas, quién tiene la verdad? ¿Sigue siendo confiable Pérez Guadalupe y el gobierno en general?
¿O cada versión que da es tan 'certera' como aquella sobre el Estudio de Impacto Ambiental?
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