¿Un motivo más para no sentirnos tan solos? Resulta que el Perú no es el único país de memoria frágil, sino que ahora también nuestros hermanos guatemaltecos podrían acercar hasta la presidencia de su país a una política que niega que durante el gobierno dictatorial de José Efraín Ríos Montt hubo genocidio: su propia hija.
Zury Ríos fue presentada la semana pasada como precandidata a la presidencia por el partido 'Visión con Valores' (qué gracioso). El secretario de dicha agrupación, Cromwell Cuestas, explicó en el acto que ante la urgencia que hay en el país 'es necesario contar con líderes positivos' que promuevan el cambio.
Zurý Ríos junto a su padre, al que en más de una ocasión se ha referido como 'su inspiración.
Ríos, de 47 años, ha sido diputada en el Congreso de la República de Guatemala hasta en cuatro legislaturas consecutivas, siendo apoyada por el partido que fundó su padre en la década de 1990. En 2010 fue anunciada como precandidata del Frente Republicano Guatemalteco, pero en mayo de 2011 se retiró de la contienda.
Sin embargo, pese al entusiasmo de quienes apelan a la impunidad en Guatemala, las víctimas del genocidio en dicho país rechazaron la postulación de la hija de Ríos Montt.
"Su candidatura nos afecta porque ella niega que hubo genocidio y lo hace para que la gente se equivoque y no lo sepa. La van a apoyar para que ella siga haciendo lo que se le da la gana", señaló Benjamín Gerónimo, ex representante de las víctimas. Algo que por el Perú nos suena demasiado familiar.
El 26 de enero de 2012 se inició el juicio contra el dictador Ríos Montt por el delito de genocidio y otros cargos graves cometidos contra miembros de la comunidad maya Ixil durante el periodo que estuvo al mando del país (marzo de 1982 a agosto de 1983). El Tribunal ha demostrado que desarrolló un "plan de seguridad nacional" y autorizó operativos militares que incluyeron técnicas como el hambre, la militarización de aldeas, fusilamientos, así como operaciones psicológicas para doblegar y destruir a los "enemigos internos".
Según la sentencia, Ríos Montt supervisó, permitió y autorizó los ataques contra la población Ixil y violó sus derechos humanos de forma planificada y sistemática. Dichos actos costaron la vida mil 771 ixiles y el despalazamiento de unas 29 mil personas. Fue condenado a 80 años de prisión que lo convirtieron en el primer exgobernante latinoamericano en ser condenado por genocidio. Sin embargo la sentencia fue anulada y el caso reabierto. Se espera que este mismo año el juicio vuelva a iniciarse contra el exdictador de 88 años de edad.
Con información de Efe, CNN y Telesur
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