Ana Jara fue censurada por el Congreso, lo que desata una crisis en el Gobierno, que debe presentar un nuevo gabinete. La ahora expremier acabó pagando el costo político del escándalo por los rastreos de la DINI a políticos, periodistas y empresarios, que es un tema que le explotó a ella, pese a que intentó hacer algo al respecto, señala el director de la revista Poder, David Rivera:
"Ana Jara pagó pato por un tema sobre el cual debe y tiene que responder Humala. Pero ella es la cara del régimen y alguien a quien la oposición le convenía derrocar. Una lástima porque Jara venía trabajando con transparencia y tratando de tender puentes para darle algo de estabilidad al país. Pero más pesaron los anticuchos personales, los temores y la confrontación.
Porque claro, no es que anoche un grupo de chicos buenos decidiesen que era hora de poner en su sitio al chico malo del barrio. No. Es que las pandillas del barrio no iban a permitir que otro se atreviese a hacer lo mismo que ellos hicieron con más astucia y sin que nadie censurara un gabinete entero por todo lo que hicieron. Cinco décadas sin que se censura a un gabinete. Digo, ¿no hemos visto situaciones similares o peores en el pasado? ¿Hacemos el recuento? Ha sido una obra trágico cómica escuchar al Apra (memorable lo de Mulder) y al fujimorismo indignarse por el rastreo de la DINI. Hay que ser bien sinvergüenza.
Y lo peor de todo es que estos sinvergüenzas, todos, son las principales opciones para el 2016. Se viene un año duro. Está claro que a nadie le interesa la estabilidad del país. Y mucho menos ceder a sus apetitos e intereses personales para tratar de construir una alternativa decente para el 2016. Porque más allá de las posiciones ideológicas que pueda tener cada uno, lo que el 2016 debería permitirnos es recuperar la ética en el quehacer público.
Lo menos importante en este momento es si esa opción viene de la izquierda o la derecha (mientras no sea de cualquiera de los extremos). Necesitamos una opción que nos haga recuperar la confianza en la política, en las instituciones, en quienes nos gobiernan. Lamentablemente hasta el momento no se ve nada en el horizonte. Habrá que ir prendiendo algunas velitas"
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