El #26E culminó la jornada de lucha en contra de la Ley 30288, una norma que establecía un régimen especial para los jóvenes y que les recortaba una serie de derechos laborales. En esa fecha, el Congreso de la República dio marcha atrás y derogó la llamada Ley Pulpín.
¿Qué impacto han tenido las protestas y los debates en torno a esta norma? Julio Gamero, especialista en empleo de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para los Países Andinos, responde.
En conversación con Glatzer Tuesta en el programa No Hay Derecho, Gamero dejó en claro que "la llamada Ley Pulpín no iba a marcar un antes y un después".
"Con eso no iban a comenzar las políticas para insertar a los jóvenes al mercado laboral. Ya hay un programa llamado Jóvenes a la obra que se enfoca en los sectores más vulnerables. Además, para los jóvenes universitarios están las prácticas pre-profesionales y para los egresados la modalidad de practicantes profesionales", señaló en Radio San Borja.
Los jóvenes han dado un mensaje a los políticos. "Las leyes deben consultarse con los actores involucrados. Los temas laborales han vuelto a tener una posición expectante. Esto es lo más positivo y rescatable", dijo Gamero.
Pero no todo queda en la protesta. "Los jóvenes tienen la iniciativa de plantear propuestas y estas deben articularse a una Ley General del Trabajo sin dejar de desconocer que hay regímenes especiales que deben tener cobertura", señaló.
El especialista de la OIT señaló que los más de 40 regímenes laborales en el Perú deben ser evaluados en base al cumplimiento de sus objetivos. "La idea es crear políticas que sean sostenibles en el tiempo", agregó.
Como vemos, los jóvenes que lograron la derogación de la Ley Pulpín han puesto en la agenda política peruana el tema de los derechos laborales. Esperemos que los congresistas, ministros y el mandatario piensen bien antes de aprobar una norma sin consultarla con los implicados.
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