William Cordova (Lima, 1971) vive entre Miami y Nueva York. Su trabajo explora las dinámicas y tensiones del espacio y el tiempo, incidiendo especialmente en las transformaciones del contexto histórico y cómo los objetos cambian junto con la percepción.
En esta, su primera exhibición en Lima, Cordova se detiene en un análisis profundo de las determinaciones históricas y sus implicancias en la construcción de significados y sentido tanto de manera individual como social.
Los estudios para esculturas y los collages en pan de oro, cuya composición remite al renacimiento, pero también a la tradición del collage surrealista; se materializan de tal modo que su complejidad teórica o discursiva se transfiere en su uso de lo plano y lo tridimensional a una exploración la construcción de sentido como una construcción social, fonética, medial. Lo que sobrevive al tiempo, parece decir Cordova, es puramente nominal; y por eso mismo susceptible a las modificaciones arbitrarias de cada sujeto.
Como escribe Ernesto Oroza en "Son o no son (alterado)", su texto sobre el trabajo de Cordova, lo que encontramos es “…potencialidad para articular los discurso excluidos, radicalismos silenciados y practicas insurgentes de una frecuencia moral imperceptible para aquellos ya naturalizados en el desarrollo burgués.”
Cordova no se desgasta en un aproximación alarmista sobre las condiciones de los discursos y dinámicas que recupera; muy por el contrario, lo que busca a través de su experimentación es dar cuenta de estos discursos, proponiendo una soterrada discusión sobre el paso del tiempo, sobre aquello que se transfiere a través del tiempo; su voluntad está enfocada en descubrir cuáles son los hilos conductores que superan las barreras de tiempo, sentido y lengua.
La pieza central de la muestra, la instalación This one’s 4u (pa’ no sotros) que propone una recombinación de un documental sobre la vida de Tupac Shakur y una ficción sobre Tupac Amaru II, es un claro ejemplo de este juego con lo puramente nominal como única marca de la historia. La idea de un cuarto cine, construida a partir del manifiesto del tercer cine de Octavio Getino y Fernando Solanas publicado en 1969 (puedes enterarte más de él aquí), es la vuelta de tuerca de Cordova para la reformulación del sentido luego del colonialismo.
Ponerse detrás de la proyección, detrás de la estructura es ponerse detrás del tiempo y devolvernos a nuestra condición de creadores de sentido. Esa es la apuesta de Cordova, situarnos en el paso anterior a las determinaciones sociales y culturales del sentido para entregarnos la posibilidad de formular uno propio.
No deberíamos dejarnos encandilar por el no-objetualismo del experimento cinematográfico de Cordova; su capacidad de abstraer el punto de partida a piezas donde simplemente la intuición es lo que prima, da cuenta del enlace entre lo puramente racional con lo visceral/primario del ser humano. Una huella que no se borra en el transito sensación-idea-pieza.
El paso previo a la construcción mediada de sentido y su posibilidad como detonante de una emancipación siempre aplazada, inasible. Cordova nos invita a re-construir nuestro lenguaje mental, a recobrar nuestro propio imaginario.
Yawar Mallku: Metafísica de espacio y tiempo de William Cordova va de lunes a viernes de 10am a 8pm y los sábados de 3pm a 8pm; hasta el 14 de marzo en la galería 80M2 de Livia Benavides [Malecón Pazos 252 - Barranco]. El ingreso es libre.
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