Ante la presión social la presidenta del Congreso se vio obligada hace unos días a convocar para este miércoles 28 una sesión extraordinaria de la Comisión Permanente para tratar la #LeyPulpín. Con esta norma ya derogada el último lunes, la protagonista de la jornada -suponemos que muy a su pesar-, será la presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, quien deberá informar sobre otro tema que ha llenado de espinas al Gobierno las últimas semanas: el supuesto reglaje a funcionarios y políticos, tanto opositores como oficialistas.
En honor de la verdad debemos reconocer que la también congresista iqueña ha sido la premier con más muñeca política de este Gobierno. Desde un inicio ha intentado dialogar con todas las fuerzas políticas, como cuando mantuvo inagotables reuniones en busca del voto de confianza a su Gabinete. Un objetivo que, sin embargo, solo pudo obtener gracias a Ana María Solórzano y su inolvidable 'desempate'.
Pero ese esfuerzo de Jara por mantener las formas se vio opacado por la llegada del que para Ollanta Humala es su ministro estrella: Daniel Urresti. Las impertinencias y afán de protagonismo del titular del Interior le han causado más de un dolor de cabeza y -aunque no se esfuerza mucho en esconderlo-, ha terminado por colmarle la paciencia. "No puedo ponerle un bozal al buey".
Pero como nuestra fauna política -para continuar con las figuras literarias de Jara-, hace gala de aprovechar en ir a morder la yugular de la presa cuando esta empieza a tambalear, la oposición -o eso a lo que llamamos así-, ha visto en la crisis que afecta al oficialismo en pleno -desde la bancada hasta el Ejecutivo-, la ocasión perfecta para desestabilizarlo aún más. Los pedidos de renuncia de apristas y fujimoristas, así como la intención de empezar a deslizar la posibilidad de una moción de censura, no vaticinan el mejor de los escenarios para la titular de la PCM.
Para Mauricio Mulder la única premier nacionalista de este Gobierno ha perdido liderazgo y señala que la evidencia principal esta en que no puede controlar a personajes como Urresti cuando se le antoja ponerse a armar el lío en el callejón, que a dedicarse a su cartera.
"Es obvio que los ministros desatienden sus sugerencias y que el presidente de la República ordena directamente a los titulares de cartera a hacer alguna cosa"
O sea, según el Urresti de Alan Gar..., perdón, según el congresista de Concertación Parlamentaria, ni siquiera Ollanta Humala tomaría en cuenta a la exministra de Trabajo y de la Mujer. #FuertesDeclaraciones
Por otro lado, desde las filas del Fujimorismo también han buscado resaltar la 'falta de liderazgo' de la jefa del Gabinete. ¿El encargado de patalear? Héctor Becerril.
"Ana Jara simplemente está de nombre. No representa a nadie, no tiene responsabilidad y es casi, inimputable. Ella no tiene autoridad, lamentablemente, es momento de que se cambie a la premier. Tiene que irse"
Vistas las declaraciones del vocero naranja -que resulta una fusión del genio de Martha Chávez con el intelecto de Kenji-, Jara no tiene autoridad, lo que ha hecho evidente que el puesto de premier, que es quien realmente representa al Ejecutivo, le haya quedado demasiado grande.
Como para ponerle la cereza al pastel, desde el partido de Luis Castañeda Lossio (otro ilustre teniendo en cuenta que las cabezas de los anteriores son Alan y Keiko), también han pedido su cabeza.
"La gestión de un equipo, la eficiencia de un equipo, depende de su jefe. Si el equipo no está funcionando, el ministro no es eficiente. El colectivo está en manos de un líder. Si el líder falla, todo falla", señaló Virgilio Acuña de Solidaridad Nacional. ¡¿Quién?! Tranquilos, nosotros nos preguntamos lo mismo.
La pelota ya está en la cancha y el partido que empezará a decidir la permanencia de Jara al frente del Gabinete arrancará al mediodía de mañana. ¿Convencerá la ministra que pese a sus esfuerzos no fue capaz de conseguir la confianza del Congreso hace solo siete meses? ¿O es que solo asistiremos al inicio de la masacre que el oportunismo político de la oposición quiere concretar con Jara como primera sacrificada?
Una pera en dulce que, debemos decirlo, el mismo Gobierno se ha encargado de servirle.
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