Patricio Valladares Morales llegó a Lima hace unos días desde Cerro de Pasco para atenderse en el seguro, pero esta mañana ha preferido plantarse en la puerta del local de la Asociación de Fonavistas, un destartalado edificio en la calle Caylloma en el centro de Lima. El sol es intenso. Don Patricio tiene 76 años, sufre de presión alta y hace algún tiempo se les rompieron dos venas oculares. “Ya casi no veo”, dice. Dentro del local de los fonavistas no importa la visión. Allí casi nadie puede ver nada. Centenares de ancianos sentados en percudidas sillas de plástico o en improvisadas banquetas de madera hacen largas colas que se enredan como una serpiente remolona. Aguardan casi en las tinieblas. Solo hay una tenue luz al final de la cola, donde tres trabajadores de la asociación, detrás de unas rústicas mesas, les informan a cambio de dos soles sobre el futuro de su dinero. Es el símil perfecto de lo que ha sido está infausta travesía para lograr que el Estado les devuelva lo que les descontó durante 19 años de sus sueldos: un largo túnel en el que solo al final creen ver la luz.  

Don Patricio trabajó la mayor parte de su vida en la mina. Sabe de resistir, pero ya está viejo, dice. Se mueve con lentitud y también tiene problemas de audición. Aun así espera que alguien le dé respuesta acerca de su dinero. No sabe cuánto es, solo sabe que durante 18 años le descontaron parte de su sueldo para inflar el presupuesto del Fondo Nacional de Vivienda (Fonavi), esa ingrata y vieja herencia que dejó los últimos años del gobierno militar para que los trabajadores pudieran acceder al financiamiento de sus casas, y que los gobiernos siguientes zarandearon y modificaron a su antojo. Ese fondo jamás le ayudó a construir una casa, nunca vio un sol, nada.

Hace unos días se enteró por el periódico, allá en su querido Cerro de Pasco, que después de tantos años el Gobierno anunciaba que le devolverían su plata. Aprovechó que tenía cita en el Seguro y se vino para Lima. No sabe si está dentro de los 103.011 fonavistas (los de mayor edad y los discapacitados), que serán los primeros en cobrar la devolución de los aportes en el Banco de la Nación. Recién esta mañana se ha enterado de que existía un padrón. Don Patricio no sabe usar una computadora, menos aún sabe googlear.  No está inscrito. Pedirle que averigüe en la página web que el Gobierno ha creado resultaría un despropósito. Esta viejo y enfermo, pero no ha olvidado las matemáticas. Cuando se entera que lo que el Estado le va a reconocer es entre S/. 10, 60 por cada periodo aportado arruga el entrecejo. “Pero si yo aporte más que eso por año. Voy a aceptar el dinero, pero dependiendo de cuánto me sale”.

"Nos quieren engañar"

“El gobierno nos quiere engañar”, afirma sin atisbo de duda Pedro Marroquín Bravo, un extrabajador de la Compañía Nacional de Chocolates Winter, ahora jubilado con 81 años. Él aportó durante 15 años al Fonavi y según las cifras de la comisión Ad Hoc que ha formado el Gobierno le correspondería, en caso le certifiquen todos los periodos, alrededor de S/. 1.800. Hace nueve años que se inscribió en la Asociación de Fonavistas. Ellos le contabilizaron que el Estado debía devolverle S/. 25, 700 soles. “Yo no voy a cobrar la miseria que me quieren dar porque es mentira”. Don Pedro antes de ser obrero era militar. "Tantos años que he servido a mi patria", dice. Esta semana protestó junto a cerca de los 300 fonavistas que marcharon desde la Plaza San Martín hasta el local de la ONP, en el Centro Cívico. Información, claridad y honestidad en la cifra que les iban a devolver era la plataforma del reclamo.  

También estuvo en la marcha Felix Cueva, extrabajador minero, 65 años, 18 de aportaciones. Don Felix vive con sus hijos y nietos en San Juan de Lurigancho. Él no figura en la primera lista, pero espera estar en la segunda que se publicará en julio. Pero espera recibir aproximadamente 46 mil soles. “Lo que nos quieren dar ni siquiera es lo que he gastado en pasajes en todos estos años”. Con ese dinero que ha acariciado durante largas noches imaginando todos ha hecho planes, lo ha gastado, lo ha invertido una y otra vez, pagado deudas, financiado proyectos. No se resigna a lo que le ofrece el Estado. 

"Nosotros no estamos pidiendo limosnas, estamos pidiendo lo nuestro", dice Carlos Armando Nuñez Tola, un hombre bajito y de bigotes. Tiene 89 años y cuesta trabajo creer que esa sea su edad. Parece por lo menos 20 años menor. De joven trabajaba como conductor de buses interprovinciales. Las largas horas sentado frente al volante ahora le han acarreado una artosis cervical. "Me mareo, me da vómitos, entonces me tengo que tomar un taxi para ir a mi casa. A mi me corresponde 36 mil soles y me quieren dar menos de 2 mil. Yo pese a mis 89 años aún tengo fuerza para reclamar lo que es justo. Muchos de nosotros ya han muerto en el camino y ahora que finalmente hemos obligado al Gobierno vía referendum a devolvernos nuestro dinero, nos ponen esta trampa. No lo podemos permitir. No queremos migajas".

eL DINERO

"El Gobierno está cumpliendo la ley a medias", afirma Raúl Canelo, abogado de la Asociación de Fonavistas. Canelo explica que solo está reconociendo los aportes hechos por los trabajadores, pero que han sacado del cálculo los aportes de los empleadores. El Fonavi no solo se les descontaba a los trabajadores, también la empresa estaba obligada a aportar un monto incluso superior para el fondo de los trabajadores. Según las cuentas de la asociación el fondo asciende a 19 mil millones de soles, según el Gobierno este no sobrepasa 1, 300 millones. De ahí que las cifras no cuadren.

Raúl Canelo, abogado de los fonavistas.

Edgard Ortiz, miembro de la Comisión Ad Hoc del Fonavi que formó el Ministerio de Economía en el 2011 para recuperar los fondos, empadronar y devolver los aportes, explica que el dinero no solo se "licuó" por la hiperinflación del primer gobierno aprista, sino que además no han podido recuperar el dinero que muchas entidades le deben al Fonavi porque "están quebradas" como es el caso de las prestadores de servicios de saneamiento. Ortiz ha dicho que si queda algún dinero después de la primera ronda de devolución, se podría programar una segunda. Este primer fin de semana muchos fonavistas cansados de reclamar por años, y bajo la consigna de "peor es nada" peregrinarán a las oficinas del Banco de la Nación y cobrará el dinero, pero muchos otros seguirán luchando por lo que consideran es justo.

El presidente Humala les ha pedido tolerancia a los fonavistas. "Estamos sacando toda la plata que se puede para pagarles. Lo que no puedo hacer es cobrar nuevos impuestos para esto. Nuestra voluntad es que se haga justicia con toda la población fonavista”, ha reconocido.  Sin embargo, a fonavistas como Felix Cueva, Patricio Valladares o Carlos Nuñez esta respuesta les suena a injuria. No conciben que la palabra justicia esté atada a los montos que les pretenden devolver. 


Dato

Si aportaste al Fonavi y no te has inscrito en el padrón, tienes plazo hasta 2018 para hacerlo. Todos los trámites son gratuitos y para más información puedes llamar al teléfono 317–8888.


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