Como parte de la convocatoria a las movilizaciones contra el nuevo régimen laboral juvenil (a.k.a ley pulpín), jóvenes de diversos barrios de Lima han realizado pintas, volanteos, cortes de tránsito, e incursiones a centros comerciales o estaciones de transporte público donde desplegaron banderolas o hablaron con la gente para informar su posición, entre otras acciones. Algunas de estas iniciativas fueron reprimidas por la policía, que ha realizado procedimientos irregulares, el más grave de ellos, apuntar con armas a los activistas reducidos y acostados en el asfalto, como ocurrió recién esta mañana en San Juan de Lurigancho.
Quienes han seguido estas noticias en nuestro portal, verán que estos métodos piqueteros son reivindicados por grupos de jóvenes a nombre de "Zonas". Las zonas son una forma de organización que se planteó concluída la primera movilización (18D) contra la "ley pulpín", como un modo de mantenerse en contacto y convocar desde el 18D a una siguiente movilización (que finalmente se acordaría para el 22D). Así, arrancó otra dinámica de convocatoria y debate alrededor de la oposición al recorte de derechos laborales. Una más y distinta a (y a veces en conflicto con) los sindicatos, partidos y otras organizaciones que también han estado activando durante el último mes. Junto al notable bloque HIP HOP -que tuvo presencia en la calle desde antes del 18D- son una de las novedades de este ciclo de malestar ciudadano.
Las zonas no son otra cosa que núcleos que responden a una división territorial de la ciudad, para establecer contactos más inmediatos entre activistas (y en algunos casos organizaciones) de un mismo distrito o grupo de distritos. Estos grupos tienen sitios en Facebook (abiertos y cerrados y algunos duplicados o que se dividieron...). Representan así una doble dinámica: territorial y virtual. De este modo, cualquier intervención, debate o convocatoria que ha sido convocada en la red y ocurre en la calle, es llevada en términos de información y viralización de regreso a la red. Ya ha ocurrido con el despliegue de la banderola en un mall de Ate, y ha mostrado su efectividad para denunciar los abusos policiales (como los de esta madrugada y mañana contra activistas de las zonas 11 y 4, respectivamente)
El origen de la propuesta al final del 18D es cosa de entendidos (en todo caso, que averigue la policía, que es tan hábil) y es reivindicada por más de un núcleo de activistas. Un caso más en que la energía de la gente nueva rebasó a quienes intentaron controlarlo. Eso ya no importa. La cosa es que es un principio de organización sencillo, que responde al tamaño de nuestra enorme y variada ciudad y expresa también que esta identidad territorial es más aglutinadora que cualquiera de las formas previas.
Las zonas han ganado presencia en las redes y en las calles y ha "reubicado" a los militantes de organizaciones partidarias limeñas, ora rechazados por la gente de las "zonas", ora integrados para trabajar "de igual a igual", y en algunos pocos casos, acogidos como líderes o coordinadores por su experiencia, capacidad de organización, sus recursos (contactos en prensa o el congreso, aparato) o su repertorio de protesta (hay que escuchar sino el mix de consignas en las calles). Las fricciones entre unos y otros se han controlado bastante bien hasta ahora, aunque ha jugado en contra la confusión o el autoritarismo de algunos y la inexperiencia de otros, en puntos como el comportamiento frente a los medios de comunicación, la respuesta a la represión policial o la coordinación con partidos y sindicatos (éntre estos últimos, los del sector retail tienen bastante legitimidad y cuentan con muchos jóvenes en sus filas)
Lo cierto es que en muchas zonas podemos ver a gente muy joven que, digamos, ha nacido a la protesta callejera en diciembre del año pasado, junto a compañeros que están aportando experiencia en buenos términos. Toda esta dinámica, aunque es dispersa y sin garantías de superar lo episódico- se ha encontrado también con dimensiones más formales de la política -debe seguir el debate parlamentario y buscar alianzas ahí- y con redes de solidaridad que empiezan a despertar de nuevo (la despertada ha sido literal para los y las abogadas del movimiento de derechos humanos y congresistas que han debido presentarse al menos tres noches en comisarías de Lima y otras ciudades durante el último mes). Zumbando alrededor de las zonas también hay oportunistas, activistas rentados y jóvenes sedientos de cámara y de protagonismo político. Pero acá estamos hablando de lo nuevo y no de lo viejo.
Leímos en este blog un comentario (y una demanda de información) sobre los principios de organización de las zonas, que además de lo que hemos comentado acá, pretenden consolidarse en la asamblea, la comunicación virtual y en la organización horizontal, con diferencias marcadas entre zonas. Gracias al autor del post, nos ahorramos el trabajo de listar las zonas y los distritos de referencia, que compartimos a continuación:
- las zonas
Zona 1: Pucusana, Santa Maria del Mar, San Bartolo, Punta Negra Punta Hermosa y Lurín.
Zona 2: Villa Maria del Triunfo, Villa El Salvador y San Juan de Miraflores.
Zona 3: La Molina, Cieneguilla y Pachacamac
Zona 4: Santa Anita, ATE y Chaclacayo- Chosica.
Por distritos: ATE, SANTA ANITA, CHACLACAYO Y CHOSICA.
Zona 5: Chorrillos, Barranco, Miraflores y San Isidro.
Zona 6: Surco, Surquillo, San Borja y San Luis, incluye un sector de Salamanca.
Zona 7: Magdalena del Mar, San Miguel, La Perla y Bellavista.
Zona 8: Callao, La Punta y Carmen de la Legua.
Zona 9: Pueblo Libre, Jesús Maria, Lince y Breña.
Zona 10: Cercado de Lima, La Victoria y El Rimac
Zona 11: San Juan de Lurigancho y El Agustino
- notas relacionadas en lamula.pe
Cuando la injusticia se vuelve ley, la rebeldía se vuelve deber.
18D, "Zonas" y posibilidad, por Marcos Fonseca.
Del "Pulpinazo" al movimiento, por Luis Gárate (Nuestra Bandera).
Indignación. esperanza... y redes sociales.
(Imagen de cabecera: detalle de foto de Elena Chávez)