La invasión española del Perú en el siglo XVI trajo consigo una violenta imposición de la religión católica que procedió a destruir cuanto templo precolombino encontraba a su paso y a catequizar –o al menos bautizar, cuando el catequismo era inviable– a diestra y siniestra a los nativos. La intención conquistadora parecía ser, con esto, justificar su avaricia bajo la sombra de un proyecto divino. Sin embargo, la cultura o, más bien, las culturas andinas no sucumbieron sencillamente ante la imposición católica, sino que se apropiaron de ella como ya se habían apropiado de las imposiciones incaicas.

El resultado de esta síntesis es que en los andes se retruca cada fiesta católica traída por los españoles con una fiesta ancestral. El corpus christi cusqueño es un ejemplo paradigmático: la fiesta solo puede suceder cuando los ukukus vuelven de Q'oyllur Rit'i con las ofrendas del nevado y, en vez de ser una procesión deprimente –como la del Vaticano–, todos los santos de la ciudad salen a celebrar y emborracharse (a escondidas, claro, de los mortales) por algo que, obviamente, no es el cuerpo sin vida de Jesucristo.


VALENTINA PÉREZ LLOSA


Comprenda el lector que no se trata de insolencia, sino de un mecanismo de supervivencia cultural. La devoción católica permite, cada vez más abiertamente, estas variaciones en el espíritu de sus fiestas que, en realidad, la enriquecen. 

Así, en Navidad, los cusqueños salen cada 24 de diciembre a preparar sus nacimientos. Se preguntan si esta chompita abrigará bien al niño Manuelito. Si tiene el señor 'papel cerro' y 'papel cielo' sin tantas estrellas. Si comprar primero el retablo o los animalitos. Alrededor de 1400 vendedores estuvieron este año en la Plaza de Armas del Cusco para responder a esas preguntas religiosas y para abastecer de regalos a los menos devotos.


María lavaba, San José tendía

y el niño lloraba del frío que hacía

Pues aquí le traigo una camisita

para que con ella cubra su cuerpito

– Villancico cusqueño.


La multitud se empieza a sentir unas dos cuadras antes de llegar a la Plaza

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Valentina Pérez Llosa


Una de las principales secciones de la feria es la de los puestos de materiales para el paisaje y escenario del nacimiento (musgo, ramas, rocas, etcétera).

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La feria (Santu-rantikuy, mercado de santos) provee a los compradores de todos los posibles personajes de un nacimiento.

San José #1

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San José #2

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Las miniaturas (de herramientas, de casas, de comida) se ponen en el nacimiento más o menos de la misma forma en que los niños escriben cartas para Papá Noel: es lo que se quiere cumplir el año que viene.


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La cantidad y variedad de niños Manuelitos roza con el absurdo

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Muchos de los devotos conservan un niño por años, y en la feria solo le compran ropa para su aparición estelar de la madrugada del 25.

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Según la tradición bíblica, los animales que acompañaron a María y José cuando nación Jesús fueron un burro y un buey, y luego llegaron los pastores con sus ovejas. Poco importa aquí la versión oficial de la historia.

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