Hoy se conmemoran 66 años desde aquel lejano 10 de diciembre de 1948 cuando la Asamblea General de Organización de la Naciones Unidas (ONU) aprobara la Declaración de los Derechos Humanos en París. Sin duda una época convulsa en que el mundo estaba aún dividido en dos grandes bloques: oriente y occidente . Como se sabe, Estados Unidos lideraba el bloque occidental y su sistema de justicia, a favor de los derechos humanos, debía ser un ejemplo a seguir para las pequeñas naciones en desarrollo. Sin embargo ¿qué ha hecho la justicia norteamericana para honrar esa declaración?  

De hecho, los últimos acontecimientos han puesto en duda el cumplimiento cabal de una política que asegure la justicia y el respeto por los derechos. Y es que ayer el Senado de Estados Unidos reveló, en un reporte, los terribles métodos de tortura e interrogatorios que emplean las agencias de seguridad y, especialmente, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra los sospechosos de terrorismo. A ello se suma una serie de manipulaciones y mentiras tejidas hábilmente por esa agencia con el fin de encubrir sus actos ilícitos. Puede ver el resumen de las conclusiones del reporte en este artículo de Lamula.pe.

Pese a que el Senado norteamericano ha condenado esas prácticas ilegales, el documento señala que no existen muchas posibilidades de que los responsables sean sancionados. Sin embargo, la noticia ha sobrepasado la frontera norteamericana y distintos grupos extranjeros comienzan a ejercer presión a la ONU para que los responsables vayan a juicio. 

Según informó The New York Times, los primeros en exigir represalias son Tailandia y Afganistán, en donde la política anti- terrorista de George W. Bush avaló todo tipo de torturas y abusos. Esto también se aplica para Bangkok, donde la población ha manifestado su indignación con protestas y movilizaciones que, de tornarse violentas, pondrían en peligro la seguridad de cualquier ciudadano norteamericano que desee viajar a esos países.

Autoridades como Ben Emmerson, consejero del área de Derechos Humanos de las Naciones Unidas manifestó su opinión a favor de los países afectados y felicitó al presidente Obama el haber hecho público el informe pese a la oposición de la bancada Republicana.

Otro defensor de los derechos humanos, el profesor Jordan Paust, del Centro de Derecho de la Universidad de Houston dijo a The New York Times que “este reporte se suma como otra prueba de que existe una serie de hechos criminales internacionales en serie, que fueron permitidos durante los dos mandatos del expresidente George W. Bush." 

El especialista agregó que, en 1949, la Convención Contra la Tortura de la ONU declaró que cualquier persona que sea “probadamente acusada de tener responsabilidad criminal por casos de tortura” debe ser extraditada o procesada. Asimismo, Kenneth Roth, director de la organización Human Rights Watch, señaló lo siguiente:

"en caso esta importante revelación no lleve a la persecución de los culpables, entonces solo habrá servido para decirle a los futuros presidentes de Estados Unidos que la política de tortura es una opción viable” 

Lo cierto es que ahora el mundo ha hecho saber su malestar a través de publicaciones en las redes sociales como Twitter, donde los usuarios no dudaron en comparar el término “interrogatorio reforzado” (el mismo que la CIA dijo haber empleado) con un término similar ( 'verscharfte vernehmung') que usaba la Gestapo para encubrir los mismos métodos de tortura abusiva.

A las declaraciones se sumó el primer ministro de Inglaterra, David Cameron, quien, en referencia al reporte, describió esta política de tortura y abuso como un error cometido después del atentado del 11 de setiembre y criticó la guerra de terror emprendida por el gobierno de George W. Bush.

Adicionalmente, la prensa internacional ha reforzado la mala reputación que últimamente se ha ganado Estados Unidos. No solo por el polémico reporte, sino también por los últimos asesinatos de ciudadanos afro-americanos desarmados a manos de las fuerzas del orden. En esos casos los policías culpables, aunque pasaron por un juicio, siguen libres por las políticas de uso de armas que rige el país del norte. 

Todo ello ha hecho pensar si el que fuera el primer país del mundo vela realmente por la defensa de los derechos humanos. Esta pregunta podrá responderse solo si se toman medidas tras las revelaciones del reporte de torturas.