México enfrenta la peor ola de atentados contra la democracia y la libertad de expresión: secuestros, asesinatos, desapariciones, detenciones arbitrarias y represión. La situación se agravó luego de la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa (Guerrero). Además, ahora efectivos policiales contraatacan contra aquellos ciudadanos que protestan contra el gobierno. El pasado 28 de noviembre, Sandino Bucio Dovalí, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fue arrestado de manera violenta por cuatro policías federales que vestían de civiles. Fue subido a un automóvil Chevy gris placa 324WHB. Los ciudadanos que estaban alrededor pudieron grabar lo sucedido. “Ayúdenme, ayúdenme”, gritó con desesperación Bucio Dovalí.
Los policías federales trasladaron a Bucio a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido). Posteriormente, los padres del detenido afirmaron que Bucio estaba en calidad de testigo por los acontecimientos violentos sucedidos el 20 de noviembre, al término de la marcha llevada a cabo ese día en el centro de la Ciudad de México en rechazo al asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El día de su desaparición, Cristina Dovalí Calderón, madre del estudiante, dijo en entrevista a Desinformemonos: “La detención de mi hijo Sandino es un asunto político. Es parte de la criminalización de la protesta que se está dando en este país. Mi hijo tiene bastante claro lo que ocurre, pues tiene dos actividades importantes en su vida: la poesía y los movimientos sociales.”
Efectivamente, Sandino Bucio es poeta, estudiante y activista universitario: formó parte de la Acampada Revolución #YoSoy132 y, actualmente, participa activamente en las protestas estudiantiles que exigen la renuncia de Peña Nieto y la aparición de los cuerpos de 43 estudiantes normalistas.
El video (arriba) grabado fortuitamente por los ciudadanos fue el golpe de suerte que salvó a Bucio de ser otra posible víctima desaparecida, ya que esa prueba condujo a los estudiantes de Filosofía de la UNAM a realizar inmediatamente un plantón masivo frente a las instalaciones de la Seido, en donde se encontraba detenido el estudiante; y, finalmente, permitió su liberación por “falta de cargos”, según declaró la Procuraduría General de la República de México.
Al ser liberado, Bucio Dovalí lucía heridas de contusión en el rostro y la mirada bastante atemorizada (ver video abajo). A las afueras, lo esperaban sus compañeros de facultad, así como miembros de colectivos a favor de los derechos humanos. El estudiante relató cómo fue su detención:
“Yo me encontraba saliendo de una asamblea de Filosofía y Letras [...] y un grupo de sujetos me agarraron el brazo, sujetos vestidos de civil, y me subieron a un coche particular. Todo el trayecto me estuvieron golpeando […] Me amenazaban que me iban a desaparecer como a los de Ayotzinapa. Me dijeron que me iban a violar. Me golpearon en el rostro, en la espalda y el pecho. Me trajeron dando vueltas por todo el centro histórico; cuando subió otro sujeto, me agarraron las piernas y empezaron a golpear en la cara repetidas veces. Me pidieron que les diera la contraseña de mis redes sociales, me obligaron a teclearla en su celular. Empezaron a investigar a varias personas y me pidieron nombres. Dijeron que mañana van a levantar a más personas"
Para Bucio es claro que todas estas detenciones tienen la finalidad de infundir terror entre la población.
"Se trata de una maquinaria del terror que tiene el Gobierno Federal para meter miedo en todos los jóvenes, en todos los que se movilizan por un mundo mejor, son sus mecanismos de asustar a la población". "El día de hoy me tocó a mí, ya les pasó a otros compañeros en situaciones parecidas, pero no podrán agarrar a todos los que están luchando por que este país cambie. Somos miles, no nos podrán levantar a todos"
Este es el video que muestra a Sandino Bucio en el instante de su liberación:
Dentro del caos, otra buena noticia tuvo lugar el pasado 29 de noviembre, cuando el juzgado mexicano informó que también serían liberados los otros once detenidos de la masiva marcha del 20 de noviembre en el Centro de México por falta de pruebas.
Entre los detenidos se encontraban tres mujeres que fueron ingresadas el pasado 22 al penal de alta seguridad del Noreste de México; mientras que los ocho hombres fueron encerrados en el penal Cerro de León, en Veracruz el mismo día de la marcha, informa Proceso. Todos ellos han sido liberados tras permanecer más de ocho días en prisión, donde sufrieron golpes y posiblemente torturas. Todo ello procedió sin justificación legal. Los detenidos ahora han sido declarados inocentes y libres de cargo.
Los padres de Bucio y los once estudiantes liberados exigen que el gobierno de Peña Nieto pare la criminalización de la protesta y el uso de la fuerza desmedida. Asimismo, los mexicanos protestan para que el sistema de justicia no se convierta en un arma para inhibir las manifestaciones a favor de los derechos humanos y derecho a la libre asociación.