¿Te has preguntado alguna vez por que las películas de terror japonesas son tan impresionantes? La respuesta es simple: los japoneses vienen cultivando este género desde el siglo XVIII.
El país tiene una larga tradición de cuentos espeluznantes, conocidos como Kaidan, que a menudo contaban los samuráis para demostrar su valentía. Según la tradición los guerreros del periodo Edo se reunían por la noche en una habitación iluminada por 100 velas. Cada uno de ellos iba apagándolas con un soplo después de compartir su historia macabra, hasta que una sola llama quedaba encendida. Era menester del más valiente apagarla.
Estas historias de fantasmas despertaron la imaginación artística, y muchos grabadores de los siglos XVIII y XIX las tradujeron a coloridos grabados en madera.
A continuación una pequeña muestra de estos estilizados horrores.
Este grabado de Katsukawa Shunsho representa el monje budista Seigen que se enamoró de la princesa Sakura y volvió después de muerto a perseguirla.
Este grabado de Hokusai representa a un actor viajante asesinado por su esposa y el amante de esta. Él fantasma acecha a la pareja mientras están en la cama, tirando hacia atrás el mosquitero para poder observarlos más de cerca.
También de Hokusai, éste grabado muestra un "Yamauba," una mujer cuyos celos la convierten en un demonio que se alimenta de bebés.
"Oiwa (Oiwa-san)" quedó desfigurada luego de que su marido la envenenó. Murió de locura y entonces volvió a perseguirlo, a menudo en forma de una linterna de papel.
El grabado de Katsukawa Shunsho representa a Matsukaze, una de las dos hermanas que trágicamente se enamoran por el mismo hombre, que rechaza a ambas. Matsukaze con el corazón roto, ve más tarde la cara de su amante en un árbol de pino.
Shoki era un médico que quería servir en el palacio imperial chino, pero no pudo hacerlo debido a su fealdad. Después de que se suicidó, el emperador Xuanzong se apiadó de él y le otorgó el título de "Doctor en Zhongnanshan." A partir de entonces, el espíritu de Shoki protegió al emperador de los demonios. En este grabado de Okumura Masanbou de 1725, Shoki se prepara para la batalla.
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