En los últimos años, el estallido de lo indie ha producido trabajos admirables que han sabido transformar tanto en términos formales como de contenido elementos que parecían estancados para siempre. El cómic no ha sido la excepción, podemos citar como ejemplo a Charles Burns, autor de Black Hole y a Chris Ware autor del sorprendete Building Stories; ambos autores desafían muy a su modo los límites de la historieta como medio y sus historias se ubican dentro de géneros inclasificables.

El caso de Battling Boy de Paul Pope es interesante porque renueva el cómic de superhéroes, en un reciclaje que no se parece a nada realizado durante los últimos años. Lo de Pope mantiene una fidelidad sorprendente con sus origines, a la vez que asimila aquello que le interesa y deja de lado lo que no, sin detenerse a pensarlo demasiado. Parte de esto se debe a los orígenes de su autor, que a pesar de la corta extensión de su trabajo, es considerado ya uno de los artistas más completos del cómic internacional.

Pope empezó trabajando para Kodansha, una de las editoriales de manga más importantes de Japón, con tan solo veinticinco años y fue también reconocido y apreciado por Moebius, genio indiscutible del cómic europeo y una de las grandes influencias de su trabajo. Pope ha ganado también tres premios Eisner, el galardón más importante de la industria del cómic norteamericano y ha trabajado con grandes casas editoras en proyectos tan importantes como Batman: Año 100 de DC cómics. 

Lo resaltante del trabajo de Pope en general, es la versatilidad y naturalidad con la que ha logrado fundir sus influencias para crear un estilo personal y definido. Pasemos ahora a revisar su obra más popular: Battling Boy, recientemente disponible en Lima en una adecuada edición en castellano de la española Debolsillo.

La historia del cómic va así: los monstruos vagan a sus anchas por Arcópolis y se llevan a los niños a su sombrío inframundo, dejando un rastro de destrucción a su paso. Solo un hombre puede ayudarlos: el justiciero Haggard West. Por desgracia, Haggard West ha muerto. La ciudad de Arcópolis está desahuciada pero, cuando su salvación llega bajo la forma de un semidiós de trece años, nadie está más sorprendido que él mismo. 

Este es el germen de Battling Boy, una historia que esconde dentro de su simpleza un acertado uso de las estructuras clásicas del cómic de superhéroes para ofrecer al lector una mirada fresca y divertida sobre el género.

Adentrémonos un poco más en el universo del cómic. Luego de asistir a la muerte de Haggard West, el campeon de la ciudad, nos trasladamos al mundo de los dioses. Es ahí donde Battling Boy, que acaba de cumplir los trece años, debe ser enviado a realizar su rito de pasaje resolviendo los problemas de otra gente en otra realidad, es así como llega a Arcópolis. 

Durante esta sección, Pope logra introducirnos fluidamente a su universo y sin ser condescendiente, deslumbrarnos una vez más con la fantasía adolescente del superhéroe. Lo más agradable es que la empatía que genera, es justamente aquella que la industria del cómic ha perdido a lo largo de los años. Battling Boy nos devuelve a la era dorada y genial de Jack Kirby.

A medida que la historia avanza y conocemos más a los habitantes de Arcópolis, es fácil encontrar el otro gran punto de referencia de Pope: el cómic de aventuras europeo y especialmente el trabajo del francés Moebius. Una vez más el autor toma los elementos que le interesan con una soltura impresionante. La sutil ironía que se desprende de la forma de operar de las instituciones que gobiernan Arcópolis, es un ejemplo de la influencia europea de Pope.

Pero más allá de lo bien que procesa el autor sus referentes, lo valioso de este cómic es que logra servir de nexo emocional entre el lector y aquello que lo llevó alguna vez a leer por interminables horas cómics de superhéroes.

Al leerlo pude sentir la sorpresa y alegría inocente de mis primeras lecturas de cómics; lo que es más importante aún, ha logrado conectar con esos sentimientos sin derivar en la nostalgia.

Battling Boy es un cómic de primera línea, fresco y honesto. Sin duda un tomo imprescindible para cualquier amante del género de superhéroes en búsqueda de algo nuevo, no más de lo mismo.


A continuación el teaser animado de la edición estadounidense:


Battling Boy de Paul Pope
Debolsillo, 2014.



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