Por su poder omnímodo y por sus ideas progresistas, cooperativistas y democráticas, los jesuitas fueron expulsados de España y sus colonias en 1767, por el Borbón Carlos III a insistencia del intrigante Marqués de Pombal. Ahora, después de 200 años de la Restauración de la Compañía de Jesús y desde el centro del poder de la Iglesia Católica, según medios especializados, los jesuitas dan el batacazo en cuanto a doctrina y modernidad.
El Sínodo de la Familia (iniciado a principios de este octubre), reunión convocada por el Papa Francisco en Roma donde participan Obispos, otras autoridades eclesiásticas y expertos civiles para reflexionar y debatir en torno a temas específicos –en este caso- a propósito del rol que juega la familia en la sociedad moderna, el Superior General de los jesuitas y filósofo Adolfo Nicolás (Palencia, 1936), llamado tradicionalmente “El Papa Negro”, no sólo por una suerte de 'poder paralelo' con el Pontífice romano, sino por el color oscuro de las sotanas que antaño usaban los ignacianos, realizó declaraciones con relación al nuevo papel del "amor en familia" y en el camino, a las relaciones de pareja, colocando un fuerte énfasis en el ‘fondo’ antes que en la ‘forma’, respecto a cómo debe ser concebida la vida familiar.
Todo esto en un contexto donde, el también jesuita, Papa Francisco nacido Mario Bergoglio SJ (Buenos Aires, 1936) declaró –a través del Documento Base Sinodal- que los divorciados de (confesión católica romana) deben ser no sólo no discriminados sino admitidos y acogidos dentro de la Iglesia, lo mismo que los gays.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el Padre Nicolás SJ declaró para la sección Vatican Insider del diario LaStampa que “Puede haber más amor cristiano en una unión canónicamente irregular que en una pareja casada por la Iglesia”.
Con ambas afirmaciones hechas por sendos jesuitas y ‘peso pesados’ de la confesión católica, el aggiornamento de la Iglesia de Roma con relación a la temática de la familia, las relaciones fuera del matrimonio religioso y de las parejas del mismo sexo se hace cada vez más evidente, fortaleciendo la sensación –de acuerdo a medios vinculados al Vaticano- de que ya existen evidencias de cambios doctrinales en torno a las minorías católicas, históricamente relegadas de la confesión cristiana romana.
“Puede haber más amor cristiano en una unión canónicamente irregular que en una pareja casada por la Iglesia”
Sin embargo, voces al interior del conservadurismo católico y del ala de ultraderecha de la Iglesia ya han deslizado la idea de no darle legitimidad al Papa jesuita.
Aquí, una pequeña entrevista al General de los Jesuitas, Adolfo Nicolás SJ, realizada por Vatican Insider a propósito de estos temas en su capítulo familiar y de vida en pareja:
- ¿Será actualizada la moral familiar?
- La discusión, libre y franca, se está dirigiendo hacia un cambio, la adecuación pastoral a la realidad de los tiempos de hoy. Es un signo histórico, porque en estos años ha habido fuerzas que han tratado de hacer retroceder a la Iglesia con respecto a la gran estación conciliar.
- Y, ¿en cuanto a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar?
- No se puede impedir que el Sínodo discuta al respecto, como habrían querido algunos. Los obispos no fueron convocados para insistir en ideas abstractas a golpes de doctrina, sino para buscar soluciones a cuestiones concretas. Es muy significativo que el Papa y muchos padres sinodales hayan hecho referencia en sus intervenciones a los textos del Concilio. También el cardenal Martini, hasta el final de sus días, esperaba que la que se expresara fuera esa Iglesia que escucha.
- Los “conservadores” dicen que la doctrina está en peligro…
- No es correcto absolutizar. Por ejemplo, el caso de las uniones de hecho. No quiere decir que si existe un defecto todo esté mal. Es más, hay algo bueno en donde no se daña al prójimo. Francisco ha insistido al respecto: “Todos somos pecadores”. Hay que alimentar la vida en todos los ámbitos. Nuestra tarea es acercar a la gente a la gracia, y no rechazarla con preceptos. Para nosotros, los jesuitas, es una práctica cotidiana. Lo sabe muy bien la Inquisición.
- ¿Cómo?
Nuestro fundador, San Ignacio de Loyola, fue sometido ocho veces al examen de la Inquisición después de haber hablado de escuchar al Espíritu. Entonces, como ahora, para nosotros cuenta más el Espíritu, porque viene de Dios con respecto a las reglas y a las normas, que, en cambio, vienen de los hombres. Lo que necesitan la moral familiar y sexual es dulzura y fraternidad. No se trata de dividir, sino de armonizar. No se puede evangelizar a las personas a golpe de Evangelio. Solo la decisión de concentrarse en Cristo nos salva de estériles disputas, de las controversias ideológicas abstractas. Las lagunas y las imperfecciones no invalidan la entereza de la evolución de la familia en la sociedad de las últimas décadas. Si hay algo negativo, no significa necesariamente que todo sea negativo.
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Aquí, un vídeo donde el Papa Francisco abre el sínodo de la familia en Roma y exhorta de forma tajante y por primera vez, que los participantes del evento (Obispos y expertos) deben y tienen que hablar claro y con libertad respecto a los problemas por lo que atraviesa la familia y la vida en pareja en estos tiempos:
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