- ¿Cuál fue la génesis del museo? ¿Cuándo se dieron cuenta de que el museo debía existir?
- Mira, hay una génesis larga que viene del Informe Rettig, o sea del año 91, donde se propone que se levanten memoriales y lugares de conservación de esta memoria pero hay una génesis más corta que es cuando la UNESCO declara memoria del mundo los archivos de varios organismos de defensa de los Derechos Humanos de Chile entonces la necesidad de resguardar esos archivos profesionalmente, en el fondo ponerlos en valor, hace que la Presidenta Bachelet el 2007 lance la idea de crear este museo, de manera que ese es el origen más inmediato.
- ¿Cree usted que este museo dio inicio a un proceso de aceptación más amplio del periodo de la dictadura, dio inicio a derribar el tabú que había al respecto?
- Claro, este museo es fundamentalmente un proyecto de reparación a las víctimas y como tal tiene un apoyo transversal en la sociedad chilena. Ahora, en el momento en que la sociedad chilena acepta levantar este museo como un proyecto público, con financiamiento del Estado, etc… está aceptando también una memoria y está convirtiendo esa memoria en la memoria oficial del país frente a lo que fue la Dictadura y las violaciones a los DD.HH.
- Aún hay personas que creen que la Dictadura fue un bien para el país. ¿De qué forma crees que el museo establece un diálogo o una posición para mostrar una verdad que todavía algunos no quieren aceptar?
- Bueno, el museo no entra a discutir sobre la crisis política que había en Chile el año 1973 si no que lo que presenta son las consecuencias, vale decir el Golpe de Estado y luego la instalación de una dictadura y las violaciones a los DD.HH. Cualquiera sea la opinión que uno tenga sobre por qué ocurrió esto, lo que al museo le interesa es relevar la importancia que tiene el Estado de Derecho, la Democracia y el respeto a los Derechos Humanos. Entonces cada uno podrá sacar sus propias conclusiones respecto a cómo hay que cuidar la democracia o cómo se puede evitar que el país vuelva a una situación como esa. Lo importante es que haya un consenso y un acuerdo sobre el “nunca más” o sea que esto no puede volver a ocurrir cualquiera sea el contexto o la situación que se alegue para producirlo.
- ¿Qué pasos crees que deberían seguirse con el fin de que el rescate de la memoria salga de Santiago y se extienda a regiones?
- Ya está. Nosotros tenemos un programa de itinerancia y hemos estado en Antofagasta, en Calama, Mejillones, Coquimbo, La Serena, Puerto Montt, Osorno, Valdivia, Concepción, Talcahuano, Chillán, ahora estamos en Talca. Temuco, Cañete, Angol. En todos esos lugares hemos estado como museo y no solamente hemos llevado una exposición si no que hacemos una investigación en terreno para agregarle los antecedentes propios de la provincia o de la región entonces nosotros ya estamos haciendo ese trabajo, de hecho esas investigaciones las estamos empezando a publicar para que estén en las bibliotecas de cada lugar al que vamos.
- ¿ A quienes recomendaría visitar el museo?
- Yo se lo recomiendo a todos los jóvenes que no vivieron esta época porque es una manera de encontrarse con un momento de la historia de Chile que está marcando incluso hoy día nuestro presente y nuestro futuro. O sea de alguna manera lo que pasó en Chile en la década del 70 y del 80 marca absolutamente el futuro del país y uno lo puede ver incluso en la prensa, todos los días aparecen cosas, o sea algo que pasó hace 40 años sigue teniendo una vigencia y eso es como una herida abierta en la sociedad chilena entonces creo que los jóvenes tienen que conocer esto para saber en que país están viviendo.
- ¿Qué otra memoria se debería rescatar?
- Deberían ser rescatadas muchas memorias, por ejemplo la memoria indígena, que es una memoria que en Chile está muy oculta, está muy invisibilizada si uno va por ejemplo al Museo de Historia Nacional se da cuenta que los indígenas están tratados como algo pre-chileno, o sea una realidad que había cuando llegaron los españoles pero después casi no se habla de ellos salvo como algo folclórico entonces hay una cultura ahí que está totalmente invisibilizada. También yo creo que la memoria del Movimiento Obrero, del movimiento sindical, está muy escondida, muy poco presente. La del Movimiento Estudiantil también, tiene una larga memoria, piensa tu que la FECH se fundó en el año 1906 entonces qué pasó a lo largo de todo el siglo XX con esa federación. Eso debería ser parte de esta historia.
- ¿ Qué rol cree que juega este museo y su espacio público en el barrio y en la ciudad?
- Nosotros estamos bastante insertos en el barrio. En la ciudad yo creo que el museo representa una marca, porque este museo se puedo haber hecho en un recinto patrimonial o en una casa más escondida pero se hizo este proyecto que es enorme para relevar, para decir esto ocurrió en Chile y no lo queremos esconder, lo queremos mirar. Creo que es bien importante. Luego en lo que es el barrio, este museo ha venido a potenciar junto a otros proyectos, el sector de Santiago Poniente. Tenemos un circuito cultural junto al MAC, la Biblioteca de Santiago, Balmaceda, Matucana 100, de manera que nos juntamos, converamos y hacemos actividades conjuntas involucrándonos también con la dinámica del barrio Yungay que tiene bastante organización y nosotros tratamos de participar lo más posible en la vida del barrio.
- ¿Cómo renuevan la colección del museo? ¿La renuevan?
- Permanentemente. La colección siempre se está incrementando por medio de donaciones, por ejemplo una donación muy importante que recibimos este año fueron los archivos de la radio y televisión italiana. Todos los archivos audiovisuales de la RAI sobre Chile los recibimos acá hace algunos meses. El año pasado, con ocasión de los 40 años, recibimos todos los archivos de Amnistía Internacional sobre Chile, y así permanentemente estamos recibiendo donaciones de instituciones y personas. Y la exposición permanente la vamos renovando con estos archivos nuevos.
- ¿Cumple el museo una forma de justicia para con los familiares de los DD.DD?
Cumple una forma de justicia que es la reparación moral o simbólica, es decir, cuando tu en el fondo estás rindiendo un tributo a las víctimas. Víctimas que fueron negadas en su identidad y en su existencia o que fueron ejecutadas sin juicio, tratados como delincuentes, etc… Nosotros hacemos una reparación moral y ponemos a las víctimas en la historia de Chile. Yo creo que eso es un ámbito de la justicia, no es toda la justicia obviamente. Hay una parte penal y judicial que nosotros no podemos hacer pero sí colaboramos con los tribunales. Permanentemente recibimos oficios de los jueces que investigan estos casos y les entregamos toda la información que tenemos.
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Publicado: 2014-09-27
El portal Web Sentidos Comunes entrevistó a Ricardo Brodsky, director ejecutivo del Museo de la Memoria y Derechos Humanos de Chile desde hace ya tres años. En el diálogo, el funcionario explica la importancia de este recinto público para la sociedad chilena y de la función educativa que cumple para las nuevas generaciones. Un buena oportunidad para entender el sentido de este tipo de espacios, destinados a preservar la memoria histórica de los países, y desterrar prejuicios sobre el acercamiento a temas de violencia política.
Escrito por
Manuel Angelo Prado
He publicado dos libros: Estación (2011) y Hemiparesia izquierda (2017). Escribo y tomo fotos.
Publicado en
Redacción mulera
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