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"El musulmán"

La Solución Final se expresa en Juego de tronos en la tortura de Theon Greyjoy

Publicado: 2014-08-30

Hay un libro fundamental para la comprensión del paradigma político (o mejor dicho, biopolítico) de nuestros tiempos. Se trata de una investigación desde la filosofía del derecho de los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. En un intento por adentrarse en el mal y verlo desde adentro, Homo Sacer de Giorgio Agamben se pregunta por el lugar que ocupó la Solución Final en el derecho del Nacional Socialismo. 

Para comprenderlo, Agamben rescata la obra del jurista nazi Carl Schmitt tanto como una figura del derecho romano arcaico –el homo sacer, precisamente. Un homo sacer era aquel individuo que podía ser sacrificado sin ser asesinado, es decir, un individuo que podía matarse sin que, como consecuencia, la sociedad exigiera una retribución por su muerte. 

Un homicidio que no es un crimen.

Para que que un asesinato no sea penado, el individuo que muere ha de haber abandonado previamente el mundo de los hombres mediante algún proceso de purificación que lo conduzca hacia el ámbito de los dioses o una degradación que lo abandone en el reino animal. Una vez allí, quien alguna vez fue una persona no es más que carne, biología pura y dura; y matarlo no es distinto que matar a un pollo o a un cuy. Nadie pide que la señora que mata a un cuy con sus propias manos vaya a la cárcel. El individuo que es víctima de un proceso como éste queda transformado en un muerto viviente, un zombie. Y, nuevamente, no se puede asesinar a quién está ya muerto.

theon greyjoy, cuando aun era un orgulloso noble


En la saga de George R Martin, Juego de tronos, esta degradación se expresa en la historia de Theon Greyjoy.

Capturado por los Stark cuando Robert Baràtheon se hizo con el Trono de Hierro (recordemos que, de acuerdo con el extraordinario Anthroplogie de l’esclavage, le ventre de fer et d’argent del etnólogo Claude Meillasoux, una de las condiciones previas a la esclavitud es el secuestro, la captura o la cautividad), Theon Greyhoy creció desde niño como en calidad de rehén privilegiado. Su destino estaría marcado por una impronta liminal: no ser nunca un Stark, ni nunca un  Greyjoy. Recordemos que cuando Theon vuelve a la casa paterna a negociar una alianza con los Stark, su padre acaba por despreciarlo, y que es luego del rechazo que Theon traiciona a la familia que lo tenía secuestrado y conduce una asonada contra Winterfell, la capital que los Stark han gobernado durante centurias, con el fin último de ganarse la estima de su padre. 

Pero Theon, después de vencer, no logra mantener la posición. Sus hombres lo noquean y lo sacan de Winterfell, y en el camino son capturados por Ramsay Snow, el bastardo de Roose Bolton, que seguirá una singladura exactamente inversa a la de Theon. Mientras Theon es rechazado por su padre y luego será abandonado por su familia, Snow pasará de ser un bastardo a ser reconocido como el  hijo legítimo de los Bolton.

ramsay bolton torturando a reek

Una vez en manos de Ramsay, el bastardo de Bolton, Theon es crucificado y torturado hasta límites tales que su persona acaba por quebrarse: le cortan los dedos y las tetillas, es emasculado y su pene enviado en una caja de regalo a su padre y hermana. Aquel macabro obsequio es también un mensaje: imposibilitado de reproducirse (cabe resaltar aquí también otra idea de Meillassoux: que los eunucos son los esclavos por excelencia), el linaje de los Greyjoy acaba con Theon, o mejor dicho, Reek, el Apestoso.

La tortura Ramsay impone sobre Theon no es sólo corporal. También es psicológica. En un principio Ramsay, su torturador, se hace pasar por un soldado enviado por los Greyjoy para liberarlo y salvarlo. Theon logra huir, pero sólo para ser conducido de vuelta a las mazmorras por su propio torturador. Allí, es torturado nuevamente. A riesgo de que le arranquen los dedos de la mano uno por uno, Ramsay fuerza a Theon a pronunciar su nuevo nombre: Reek. 

Tras una breve resistencia, Theon no sólo lo pronuncia, lo grita. 

A partir de allí, la idea de que Ramsay Snow se ha convertido en su amo y que Theon ha pasado a ser, literalmente, su perra, se expresa cuando, quebrado ya, el antiguo rehén es encerrado en las perreras del castillo. El cuerpo que alguna vez le perteneció a una persona ha pasado a ser una mera masa con vida: carne, sangre, heces y saliva, un ser que no pertenece más al mundo de los seres humanos, a la sociedad.  Es así que, cuando su hermana acude a su rescate, Reek no logra distinguir más entre el montaje de su tortuosa existencia y la realidad. En medio del rescate, Reek cree que Ramsay está jugándole una jugarreta idéntica a la que le había hecho ya, pasada la cual, tan sólo se aumentará su dolor. Pero esta vez el rescate es real, y su imposibilidad de distinguir entre la realidad y la ficción a la que el dolor lo ha condenado favorece que su hermana fracase y tenga que huir. Al final de la estampida, cuando uno de los hombres pregunta a la hermana Greyhoy, '¿dónde está Theon?', ella responde: 'está muerto'. 

Theon Greyjoy se instala así en el limbo entre los vivos y los muertos, el mismo limbo al que se condenó a los judíos en los campos de exterminio. Convertido en una masa viviente, asexuada y sin conciencia, en Juego de tronos se estable un siniestro paralelo entre Reek y el ser al que los judíos en Auschwitz llamaron "el musulmán". 

La entrada al campo de exterminio de auschwitz con la macabra leyenda: el trabajo os hará libres

De acuerdo con Primo Levi en Si esto es un hombre, “el musulmán” era un ser a quién la humillación, el horror y el miedo han arrebatado toda conciencia, toda personalidad. Un ser a quién se ha arrebatado la personalidad. No es que esté, como los demás judíos, excluidos del contexto social y político al que alguna vez perteneció, es, por el contrario, 'una vida no merece la vida'. Absolutamente solo, ha pasado a formar parte de un mundo sin pena ni memoria. 

Un mundo, dice Agamben:

'al extremo del dolor, donde no queda nada más que las condiciones del espacio y el tiempo'
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Escrito por

Gabriel Arriarán

Periodista.Interesado en temas de trata de personas, corrupción del Estado y minería informal.También en literatura y arte. @gabrielarriaran


Publicado en

Redacción mulera

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