“Que rica”. “Adiós princesa”. “Uy, del cielo cayó un ángel”. “Que buen tarro”. Estoy cansada de escuchar esas mismas frases que llegan desde micros, taxis, cruces de las calles; y son repetidas tanto por obreros como por señores trajeados, a cualquier hora del día y en cualquier parte de la ciudad. Nadie se salva. 

Resulta preocupante que en el Perú al menos 7 de cada 10 mujeres han experimentado algún tipo de acoso callejero, según el Observatorio de Observatorio Paremos el Acoso Callejero.

En mi caso, recurro a la música en mis audífonos para no oirlos. Sin embargo, ¿tenemos que aguantar este comportamiento? En la mayoría de ocasiones estas declaraciones se convierten en una sutil y cotidiana forma de violencia que transforma a la mujer en un objeto sexual. Es más, pueden ser tan cotidianas que muchas veces están socialmente aceptadas y justificadas (como las polémicas declaraciones del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri).

Aunque en América Latina las autoridades no suelen ver en esta problemática algo vigente, existen algunas iniciativas que tratan de concienciar y poner fin a una práctica que no debemos tolerar. Aquí les dejo algunos ejemplos que pueden inspirar a muchos:

1. Kit anti-acoso callejero

La Red de Mujeres de Matagalpa de Nicaragua se propuso equipar a todas las mujeres con un ´kit anti-acoso´callejero, una herramienta práctica que permita decir “basta” cuando sufren agresiones.

El kit contiene un manual de instrucciones, un pito y una tarjeta roja. La forma de usarlo es sencilla: “Si un hombre te acosa o ves que acosan a otra mujer en la calle, en un bar, en el banco, en la universidad o en cualquier espacio público, saca la tarjeta roja de tu kit y levántala, suena el pito con fuerza, luego retírate el pito de la boca y grita: “¡Fuera por acosador!” “¡No quiero tu piropo, quiero tu respeto! Guarda de nuevo la tarjeta roja y el pito en tu kit repite el mismo procedimiento ante los acosadores”, señalan en su comunicado en Facebook. ¿Imaginas usar un kit así en Lima?

2. "Yo no merezco ser violada"

El mes pasado, el resultado de un sondeo realizado en Brasil por el Instituto de Pesquisa Aplicada (IPEA) provocó gran conmoción: el 65,1% de brasileños considera que las mujeres con ropas cortas merecen ser violadas (posteriormente la cifra fue reducida al 26% por un ‘error de la encuestadora estatal’).

Las críticas llovieron en las redes sociales. La reacción emblemática fue la de la periodista Nana Queiroz, quien publicó una fotografía en la que aparece desnuda, con el pecho cubierto por la frase: "Yo no merezco ser violada". Con ese gesto logró que más de 44 mil personas manifestaran su rechazo contra la inexplicable tolerancia hacia los violadores. Hombres y mujeres escribieron a la periodista para contar sus historias de abuso y subieron sus fotos en página creada para la campaña.

Hasta la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff lanzó un mensaje en Twitter, asegurando que el país "aún tiene mucho que avanzar en el combate de la violencia contra la mujer". El resultado de la encuesta muestra "que Gobierno y la sociedad deben trabajar juntos para atacar la violencia contra la mujer, dentro y fuera de los hogares", afirmó entonces la mandataria.

3. 'Si te incomoda leerlo, imagínate escucharlo'

“No puede haber nada más lindo, por más que esté acompañado de una grosería, que te digan qué lindo culo que tenés, está todo bien”. Estas lamentables palabras del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, no pasaron desapercibidas.

El grupo argentino Acción Respeto no tardó en contestar las declaraciones de Macri colocando carteles por toda la ciudad con algunos ejemplos de las frases que sueltan los desconocidos a las mujeres. Así, bajo el lema 'Si te incomoda leerlo, imagínate escucharlo', lanzaron un potente mensaje a la ciudad. Finalmente Macri ha terminado disculpándose a través de su cuenta de Twitter.

4. El mapa virtual del acoso callejero

El Observatorio Virtual de Acoso Sexual Callejero de Perú es plataforma virtual creada en 2013 para recibir de las víctimas de acoso sexual el reporte de sus casos, que se agregan a un mapa virtual soportado por DATEA.

Este espacio cuenta ya con más de 842 reportes que denuncian actos como tocamientos, masturbación pública, seguimiento en auto o a pie, entre otros. La mayor parte de registros procede de Lima, aunque también llegan denuncias desde otros países de América Latina como Chile, Argentina y Colombia; y de fuera del continente como Turquía, España y Francia. El objetivo: hacer visible la magnitud del problema en nuestras ciudades, no sólo para otros ciudadanos y ciudadanas, sino también para autoridades locales y medios de comunicación. El mapa permite consultar toda la información: la descripción de los casos y la ubicación. Además, los usuarios de Android pueden descargar la aplicación en este link para denunciar en tiempo real.

5. La Marcha de las Putas

Una de las iniciativas que ha tenido más acogida, no sólo en América Latina sino a escala global, es la Marcha de las Putas. Se trata de un movimiento que ya se reproduce en más de 60 países y que surgió tras las polémicas declaraciones del policía Michael Sanguinetti durante una conferencia sobre seguridad ciudadana en Toronto, Canadá en 2011. Ni corto ni perezoso Sanguinetti aseguró que “las mujeres deben evitar vestirse como ‘putas’ para no ser víctimas de violencia sexual”.

El resultado surgió: The "Slutwalk”, una denuncia pública en contra de todas las formas de violencia hacia las mujeres y la estructura social e institucional que la reproduce y la justifica.

En el caso del Perú, el Colectivo P.U.T.A.S. (Por Una Transformación Auténtica de la Sociedad), que forma parte de la Asociación Apala por los derechos de la mujer, funciona desde 2011 y ha realizado tres marchas que han recorrido Lima a gritos de: “Ni santas, ni putas, sólo mujeres”; “no soy una vagina, tampoco unos pechos, soy una mujer exigiendo sus derechos” o “la falda cortita no me hace facilita”.

Justifican el nombre de “La Marcha de las Putas” porque consideran que el término “puta” se utiliza como insulto para castigar el comportamiento de las mujeres que se encuentran fuera de aquello que la sociedad considera adecuado y aceptable, incluyendo a quienes se visten “provocativamente”.

Así, consideran que gran parte de la sociedad machista estigmatiza a quienes usan faldas cortas y escote restringiendo la libertad de que las mujeres para vestirse como se sientan más cómodas. “Si vestirnos como queremos nos hace putas, entonces ahora marchamos las “putas” reclamando respeto”, sentencian.

6. ¡Basta de acoso a las escolares!

Los resultados de la primera encuesta sobre el acoso callejero en Chile revelan que las mujeres comienzan a sufrir acoso a una edad promedio de 14 años. Por ello, para lograr “que la vuelta a clases se transforme en un espacio de reflexión y colaboración para trabajar uno de los focos más vulnerables cuando se trata de acoso callejero: Las escolares”, el observatorio chileno lanzó en marzo una campaña. Bajo el nombre “¡Basta de acoso a las escolares!” busca generar conciencia, reflexión y apoyo a las estudiantes de secundaria.

Como parte de la campaña, se publicaron fotografías con mensajes de estudiantes, así como un afiche informativo que invita a las escuelas a participar de la cruzada, para recibir orientación al respecto y saber cómo abordar el problema desde la docencia.

7. Semana Internacional Contra el Acoso Callejero

Por segundo año consecutivo, Paremos el Acoso Callejero y Asociación Apala organizaron la Semana contra el Acoso Sexual Callejero, a la que que se unieron los nuevos observatorios creados en Colombia y Chile.

Con la idea de concienzar a la población sobre este tipo de comportamientos hacia la mujer, entre el 30 de marzo y el 5 de abril de 2014, se realizaron actividades artísticas, cineforos, intervenciones urbanas, exposiciones de fotos, conferencias y protestas, entre otras, de manera paralela en diferentes países latinoamericanos.

Este proyecto ha tenido gran acogida en redes sociales contabilizando más de 50 actividades con más de diez mil seguidores en Facebook. Además se ha extendido a países como Argentina, Venezuela, Bolivia y Brasil.

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