No era la primera vez que al futbolista brasileño Dani Alves lo agredían con manifestaciones racistas desde que juega en España para el Barcelona. Sin embargo, esta vez se enfrentó a los ataques con inteligencia y logró que todo quedará en una anécdota donde la peor parte se la llevó, sin duda, las tribunas. 

Estaba a punto de lanzar un centro desde la banda derecha durante el partido que los azulgrana terminarían ganando al Villarreal, cuando desde las graderías le lanzaron un plátano. Lejos de parar el juego y reclamar a los árbitros un llamado de atención hacia la afición, Alves se devoró la fruta de un mordisco.

"Ya me lo tomo a guasa. Desgraciadamente no lo podemos cambiar, así que mejor ignorarlo. Así no podrán cumplir su objetivo", expresó tras el encuentro.

"Llevo 11 años en España y durante este tiempo siempre lo mismo. Hay que tomárselo así, hay que reírse y tomarse en broma lo que hacen estos retrasados", expresó, dando por sanjado el incidente que se suma a los ya vividos los últimos meses por jugadores como Paulao (Betis) o Nyom (Granada).

Con información de El Mundo

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