Texto traducido de Brandeis Now.

Todos tenemos estrés en nuestras vidas, cotidianamente, sea por carencias económicas, presiones laborales o problemas de relación, solo por mencionar algunos casos. Por ello, es importante considerar cómo el estrés no solo afecta nuestra salud, sino también nuestra longevidad.

En una reciente investigación de la Universidad Brandeis, publicada en Behavior and Immunity, los investigadores establecieron relaciones entre la actitud de autocompasión y bajos niveles de inflamación inducida por el estrés. Este descubrimiento puede encaminar hacia nuevas técnicas para reducir el estrés y mejorar la salud.

Es conocido que el estrés psicológico puede disparar respuestas biológicas, similares a los efectos de un enfermedad o de una lesión, incluida una inflamación. Cuando una inflamación es controlada podemos salvarnos de una infección o promover la curación; no regulada, nos llevará a enfermedades cardiovasculares, cáncer y Alzheimer, los que afectarían directamente en el tiempo de vida si no son tratados.

'Autocompasión' describe comportamientos como el autoperdón. Una persona con altos niveles de autocompasión puede no culparse a sí misma de algo que está más allá de su control,  o puede estar dispuesta a seguir adelante, en vez de quedarse en un solo asunto por días.

Metodología y análisis

Para entender la relación entre la autocompasión y las respuestas inflamatorias al estrés, el responsable de la investigación, Nicolas Rohleder, y su equipo pidió a 41 participantes calificar sus niveles de autocompasión, a través de la evaluación de enunciados como: "Yo trato de ser comprensivo y paciente hacia aspectos de mi personalidad que no me gustan" y "Desapruebo y crítico mis propios defectos e insuficiencias".

Luego, los participantes tomaron una prueba de esfuerzo en el día, durante dos días y sus niveles de interleucina- 6 (IL- 6 ), un agente inflamatorio ligado al estrés, se registraron antes y después de cada prueba. Posterior a la primera prueba de esfuerzo, los participantes con mayor autocompasión tenían niveles significativamente más bajos de IL- 6 .

En el segundo día, Rohleder y su equipo hallaron algo inesperado. Las personas con baja autocompasión tenían altos niveles de IL- 6 antes de la prueba, lo que sugiere que pueden haber cargado el estrés que experimentaron el día anterior.

"Las altas respuestas de IL-6 en el primer día y los altos niveles de referencia en el segundo día, sugieren que personas con baja autocompasión son especialmente vulnerables a los efectos adversos de este tipo de estrés", dice Rohleder. 

La investigación ilustra lo fácil que es que el estrés se desarrolle en el tiempo, y cómo un aparente pequeño factor estresante, como por ejemplo el tráfico, puede impactar en la salud si es que no tienes estrategias para afrontarlo.

"Esperamos que esta investigación pueda proporcionar modos más efectivos para lidiar con el estrés y reducir enfermedades, no solo mediante el alivio de emociones negativas, sino por el fomento de ideas positivas como la autocompasión", dice Rohleder.

Esta investigación fue financiada por una beca de la Federación Americana de Investigación del Envejecimiento.

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