Martha Meier y la #UniónCivil: ¿limpiar la cizaña?
La editora central de El Comercio se expresa a favor de la unión para parejas homosexuales. Bienvenida a la causa.
Sorpresa (o quizá no tanto): En su columna de hoy en El Comercio, Martha Meier Miró Quesada, la editora central de esa publicación, parece declararse sin demasiada reticencia a favor de la ley de Unión Civil para parejas del mismo sexo: "La unión entre personas del mismo sexo debe tener un camino legal", escribe Meier, en la que me parece es su declaración más directa y firme sobre el tema hasta ahora.
Cierto, la fórmula no especifica de qué camino legal está hablando y deja suficiente espacio para añadir, en algún momento, la atingencia de que la Ley propuesta por el congresista Carlos Bruce, próxima a debatirse, no sea la vía correcta.
Pero no importa. Lo cierto es que aun si lo hace de manera un tanto ambigua, Meier -figura de apreciable poder y trascendencia en los medios locales, cuya influencia en el debate político peruano no puede descalificarse- está tomando partido en la polémica del momento, y toma partido del lado de la igualdad y los derechos igualitarios.
E incluso se acerca a algunos de los argumentos presentados por organizaciones como el Movimiento Homosexual de Lima, quienes respondieron hace algunas semanas al comunicado de los obispos peruanos sobre el tema recordándoles a quienes se oponen a la unión civil que el centro de la vida familiar es el amor, no la reproducción. Y eso es, en esencia, lo que Meier quiere decir también, en una columna titulada "¿Juzgar el amor?".
Bien por ella, entonces. Quienes estamos a favor de la aprobación de esta Ley y de la igualdad de derechos debemos alegrarnos de sumar fuerzas, incluso si las sumamos con personas e instituciones con las que en casi todo lo demás estamos en desacuerdo (por ejemplo, con sus teorías sobre la violación y el embarazo).
(La propia Meier no parece compartir esta postura, eso sí: aprovecha su columna para denostar a las "ONG que utilizan el asunto para que sus directivos tengan una plataforma que los encumbre y les sirva para llenarse los bolsillos", sin decir de quién habla. Pero en fin).
Lo que no queda tan claro es cómo entiende Meier el rol de la Iglesia católica (y el pensamiento religioso en general) en este debate. Antes de pronunciarse a favor del "camino legal" para las uniones del mismo sexo, su columna nos informa que el tema ha sido "una excusa para atacar a la iglesia Católica y otras cristianas", que se oponen a la concesión de ese derecho. Como lo hace, anota además, "buena parte de la sociedad".
Al final, Meier tamiza en esos mismos términos su toma de posición: sí, las uniones homosexuales necesitan una vía legal que legitime su existencia, "pero hay que limpiar de la cizaña anti-religiones, política e ideológica. Es una cuestión de libertad. Nada más".
Más bien, lo que habría que limpiar es la cizaña anti-homosexual (que la propia Meier adjudica a los medios de comunicación) que caracteriza a muchos pronunciamientos al respecto, incluidos los de la iglesia católica y los de otros grupos religiosos. Que es, y no tan en el fondo, la misma cizaña anti-homosexual que le hace creer a la propia Meier, según escribe, que parte del tema de discusión es "la mala imagen que algunos homosexuales se han ganado por su promiscuidad".
Esos son solo prejuicios. Como la unión civil y el matrimonio, esa es en efecto una cuestión de libertad. Y no tiene nada que ver con el debate de estos días, donde la ideología religiosos o moral no deberia figurar.