Los padres de la criatura
Alan García y Alejandro Toledo, cada uno a su estilo, debieron enfrentar cuestionamientos relacionados a paternidad.
Obligado por la ola de críticas que lo acusan de irresponsable, el congresista Yehude Simon reveló esta mañana la pólvora de la 'bomba' política que lanzó desde su cuenta de Twitter y que, según dijo, podría remecer el país entero: Ollanta Humala tendría un hijo extramatrimonial.
La invención -nadie ha dado una pista fiable sobre el hecho- ubica a Humala como continuidad de lo que parece ser una tradición presidencial desde que el inicio del nuevo milenio. 'Si no tienes un calato escondido, fracasaste como presidente del Perú'.
De momento, los intentos de Simon por jurarse la fusión de Nostradamus con Rosita Chung de la política nacional obedecen únicamente a rumores, por tanto, mal se haría en seguirle el juego en base a lo que le dice una bola de cristal. (O estrella, uno nunca sabe).
El sexto de García
Pero, si de nuevos miembros de familia presidencial se trata, basta recordar octubre de 2006, cuando un Alan García recién reestrenado en los pasillos de Palacio de Gobierno, echó por tierra la imagen con la que captó a aquellos que no recordaban las perlitas de su debut ochentero: veinte años de casado, padre de cinco hijos y católico ejemplar, de esos que le besan la mano a Cipriani.
"Quiero decirle al país que el Presidente no tiene vida personal, que el presidente no tiene vida privada, porque personifica a la Nación y los peruanos deben saber todo lo que atañe a todos los aspectos de su vida", señaló, para luego darnos la primicia que entre abril de 2004 y octubre de 2005 Pilar Nores lo mandó a dormir al sofá, tiempo en el que conoció a una persona de 'altas cualidades' con la que tuvo un hijo que, a momento del anuncio, se iba ya para los dos años.
¿Lo innecesario? Que la señora Nores -la misma que debe estar harta que le revienten cohetes tomándola de referente de primera dama cada vez que quieren criticar a sus colegas'- apareciera en cadena nacional parada al lado de su marido reconociendo un hijo fuera del matrimonio. Quieta, callada, sin mirar a las cámaras. Un adornito.
"Tengo la satisfacción de contar con la comprensión y el respaldo moral de mi esposa, que me demuestra a mí mismo y a todo el país su altísima dignidad, su condición de madre y su condición de dama". Meses después se volvería evidente que la comprensión, en realidad, duró hasta ese día.
García, por supuesto, aprovechó para el autobombo, señalando que no rehuía a sus obligaciones y que prefería decirle él mismo al país que Federico Danton era su nuevo heredero, cuando lo cierto es que el 'datito' llevaba merodeando las redacciones semanas atrás y la bomba estaba a punto de estallar. Más criticable aún, si recordamos que el aprista le dio de alma a Alejandro Toledo con el caso Zaraí cuando ambos competían por llegar a la presidencia en el 2001."Toledo, Zaraí y el ADN"
El caso Zaraí podría considerarse el inicio de la saga 'Los padres de la criatura', ya que nunca antes la paternidad de un político había generado tanta expectación y la coyuntura se había centrado en las exigencias de pruebas de ADN a un aspirante a la presidencia.
Dado a conocer en el programa de Laura Bozzo en el 2000 y aprovechado estratégicamente por los tentáculos fujimontesinistas, el caso casi le cuesta la candidatura y, estando ya en el cargo, la presidencia a Alejandro Toledo (se propuso declarar la vacancia por incapacidad moral). Hasta 'Ecoteva', esa sería la página más negra del historial político del líder de la chakana y un espectáculo surrealista de un sinnúmero de estrategias para desaparecerlo de las primeras planas: desde el negarlo sistemáticamente, arrestar a Laura Bozzo -según ella, claro-, hasta lograr su archivamiento. Una decisión que nos dejaría imágenes como esta:
Ya en el 2002 las encuestas lapidaban a Toledo, quien retardaba la realización de la prueba de ADN. Y de no ser porque salió a la luz que el presidente se reunió en privado con uno de los magistrados que revocó la orden de realizar la prueba de ADN , el caso hubiera seguido dilatándose.
Tras negarla durante más de una década, un Alejandro Toledo 'suavecito' daría un mensaje a la Nación asegurando que había ganado una 'hija inteligente y hermosa' y cerrándolo con una de las huachaferías políticas más emblemáticas de nuestra historia: 'Buenas noches, Zaraí'.
¿El resultado? Un subidón en las encuestas que desconectó al presidente del respirador artificial que lo mantenía con vida. Una consecuencia que evidenció lo 'fáciles' que somos los peruanos que olvidamos con un mensaje de cinco minutos las mentiras e hipocresía de años.
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