Tras las sospechas de espionaje y control de información del país del norte, cada vez son más las naciones, empresas y personas quienes verían a Estados Unidos como un ‘oscuro operador del ciberespacio’. 

No es una declaración con sabor a protesta política antiestadounidense, con quemas de bandera y muñecos con el rostro de Barack Obama incluidos. Se trataría de una tendencia por parte de Gobiernos, Compañías y sociedad a nivel global a dudar respecto a la seguridad en la transmisión de sus datos ante el recelo generado a través del accionar de agencias de vigilancia del Gobierno de Estados Unidos.

Estas actitudes han mellado en el imaginario global y el golpe económico plasmado en la pérdida de clientes, contratos y aumento del gasto de inversión en investigación y desarrollo les estaría pasando recibo a Microsoft, Google y Facebook, entre otras empresas de la industria de computación, software y almacenamiento de datos.

El retorno del cable

Como para asegurar que sus comunicaciones están bajo siete candados y lejos de analistas de la NSA, Brasil y la Unión Europea (UE), por cierto dos de los más sensibles afectados por la filtración de Edward Snowden, han decidido tender –como antaño- un cable que comunique la costa brasilera con la portuguesa.

Tras estas maniobras viene el impacto económico. Citada por The New York Times (NYT), la firma consultora de investigación en tecnología Forrester Research considera que “…las pérdidas de compañías dedicadas a web hosting, manejo de base de datos en la nube y outsourcing podrían llegar hasta los US$180 mil millones”, “… lo que en función a lo señalado por esta empresa equivaldría al 25% de ingresos de la industria de manejo de datos global” rescata NYT. 

La fuente añadió que en el monto, se incluirían presumibles gastos legales traducidos en juicios por daños y perjuicios: el Gobierno brasilero estaría atento a una disculpa de rango diplomático más contundente que la brindada por los Estados Unidos en setiembre del año pasado, aunque de momento, las aguas estarían calmadas entre ambas naciones.

Daniel Castro analista senior de la Fundación para las Tecnologías de la Información e Innovación, afirmó para el NYT que “…está claro que esto viene afectando la cuenta de resultados de cada compañía de alta tecnología”. El medio estadounidense indica que Castro estima que esta industria en Estados Unidos podría perder US$35 mil millones para el año 2016.

¿Nuevos actores?

En un mercado donde las propuestas de servicios informáticos van y vienen, los clientes globales –a raíz de las sospechas sobre espionaje en la red y las filtraciones de información- se encontrarían más renuentes a contratar y cerrar propuestas con compañías estadounidenses pertenecientes a la industria mencionada.

Sin embargo, lo que pintaría ‘mal’ para algunos podría traducirse en ganancias para otros.

A propósito el NYT menciona que “Runbox, un servicio de correo electrónico noruego que se comercializa como alternativa a los servicios estadounidenses, como el Gmail, y que afirma que no cumple con las órdenes judiciales extranjeras que buscan información personal, reportó un incremento anual de 34 por ciento en los clientes después de la noticia de la vigilancia de la NSA”.

De momento y en función a lo mencionado por NYT, compañías como IBM vienen realizando inversiones importantes que atraerían clientes reacios a sus servicios. La empresa informática –de acuerdo a la fuente- declaró en enero último una partida presupuestal para investigación y desarrollo que alcanzaría los US$1,200 millones, gasto de capital que tendría como objetivo mejorar sus estándares de protección de datos. Otro tanto vienen aportando Google, Yahoo y Salesforce.

A estas alturas, cabría preguntarse y analizar más el inventario de gasto de inversión que de momento y según NYT sumaría miles de millones de dólares.

Todo indicaría que Edward Snowden y sus triquiñuelas, generarían un costo importante no sólo en el tramo legal para el Gobierno asentado en Washington sino para la industria de tecnología de la información y transmisión de datos.

Snowden seguiría vigente en este 'juego de tronos informático', habida cuenta sus últimas declaraciones con sabor de bravatas dadas en una charla en Vancouver esta semana. 

En todo caso y más allá de la porfía, Snowden ‘saldría carito’ .

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